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Documental
Cuando Jennifer, una estudiante de doctorado en Harvard, firma un cheque en un restaurante descubre que no puede escribir su propio nombre. Meses antes de su boda, empezó a enfermar. Cuando los doctores insisten en que su condición es psicosomática, ella coge su cámara para documentar su propia historia y las historias de otros cuatro pacientes que luchaban contra su misma enfermedad. (FILMAFFINITY)
13 de abril de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi voto es subjetivo ya que vivo esta enfermedad muy de cerca. No obstante, la película tiene bastante calidad y creo que es muy interesante de ver para cualquier persona, conozca o no esta enfermedad.
La película muestra la dureza de la vida de las personas con esta enfermedad, en su caso más extremo. Hecho de menos más información científica sobre lo que se conoce de la misma y siento que aún falta algo para que hubiera más impacto como crítica al sistema que ignora esta enfermedad y donde la facultad de medicina ni siquiera se forma sobre lo que se conoce de ella o de otras enfermedades similares como la fibromialgia, a pesar de los millones de personas que la sufren en el mundo. En España, por ejemplo, se habla de 2 millones de personas diagnosticadas con esta última enfermedad y la media de su diagnóstico es de 7 años, por lo que se ignora cuantas personas más habrá con esta enfermedad y sin diagnóstico.
Hablando de España, lo típico es que a la fibromialgia le pongan otros nombres antes de diagnosticarlo como tal: dolor crónico generalizado, síndrome miotensivo, etc., y lo habitual con respecto al síndrome de fatiga crónica (que es lo que trata la película) es que te digan que es lo mismo que la fibromialgia, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) las cataloga como dos enfermedades distintas, cada una con su propio código.
Por otro lado, tal y como se muestra en la película, el Estado apenas financia la investigación de esta enfermedad. Ignoro la financiación en España, pero mucho me temo que no hay mucho interés en ayudar a estas personas, no ya a tener un nivel de vida medio decente ya que eso a día de hoy es imposible, sino ni siquiera a llevar una vida digna.
Por último, aún siendo enfermedades altamente discapacitantes, ni el síndrome de fatiga crónica ni la fibromialgia (hablo de las dos ya que comparten muchos síntomas y son enfermedades ambas que suelen ir muy unidas: muchos enfermos padecen ambas enfermedades conjuntamente), ninguna de estas enfermedades, como decía, aparecen en los baremos de discapacidad. Por ello, cuando el enfermo solicita una valoración de discapacidad, ni siquiera se contempla. Y si dan algún tipo de discapacidad (siendo habitualmente el mínimo), es en base a otro tipo de problemas de salud que también tiene el enfermo.
La película muestra la dureza de la vida de las personas con esta enfermedad, en su caso más extremo. Hecho de menos más información científica sobre lo que se conoce de la misma y siento que aún falta algo para que hubiera más impacto como crítica al sistema que ignora esta enfermedad y donde la facultad de medicina ni siquiera se forma sobre lo que se conoce de ella o de otras enfermedades similares como la fibromialgia, a pesar de los millones de personas que la sufren en el mundo. En España, por ejemplo, se habla de 2 millones de personas diagnosticadas con esta última enfermedad y la media de su diagnóstico es de 7 años, por lo que se ignora cuantas personas más habrá con esta enfermedad y sin diagnóstico.
Hablando de España, lo típico es que a la fibromialgia le pongan otros nombres antes de diagnosticarlo como tal: dolor crónico generalizado, síndrome miotensivo, etc., y lo habitual con respecto al síndrome de fatiga crónica (que es lo que trata la película) es que te digan que es lo mismo que la fibromialgia, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) las cataloga como dos enfermedades distintas, cada una con su propio código.
Por otro lado, tal y como se muestra en la película, el Estado apenas financia la investigación de esta enfermedad. Ignoro la financiación en España, pero mucho me temo que no hay mucho interés en ayudar a estas personas, no ya a tener un nivel de vida medio decente ya que eso a día de hoy es imposible, sino ni siquiera a llevar una vida digna.
Por último, aún siendo enfermedades altamente discapacitantes, ni el síndrome de fatiga crónica ni la fibromialgia (hablo de las dos ya que comparten muchos síntomas y son enfermedades ambas que suelen ir muy unidas: muchos enfermos padecen ambas enfermedades conjuntamente), ninguna de estas enfermedades, como decía, aparecen en los baremos de discapacidad. Por ello, cuando el enfermo solicita una valoración de discapacidad, ni siquiera se contempla. Y si dan algún tipo de discapacidad (siendo habitualmente el mínimo), es en base a otro tipo de problemas de salud que también tiene el enfermo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Puede parecer que es excesivo y exagerado ver a una persona tirada en el suelo sin moverse, o arrastrarse por el suelo o ponerse a llorar de repente cuando un instante antes parecía estar feliz. Pero no es nada exagerado. Realmente es así. Y estas personas que aparecen en la película al menos tienen a alguien que las cuida y se ocupa de ellas. Pero esta enfermedad desgasta a los cuidadores (tal y como se va viendo a la pareja de la protagonista) y muchos acaban abandonando al enfermo. Y cuando el enfermo no tiene a nadie, ni tiene ayudas del estado porque no le dan una invalidez y, obviamente, no pueden ganarse la vida por si mismos, ¿qué les queda?. No quiero ni pensarlo... No es de extrañar que haya tantos casos de suicidio en esta enfermedad; si aún teniendo ayudas del Estado esta enfermedad seguiría siendo durísima, ¿qué te queda cuando no tienes esperanzas de tener ni siquiera una mínima ayuda para sobrevivir?