Promocionadísima primera entrega del homenaje que Robert Rodríguez y Quentin Tarantino harían, cada uno por su lado, al cine de terror de serie Z de los años 70.
Esta película es la firmada por Rodríguez, una parodia-tributo al cine de zombies y mutantes, con exacervadas dosis de casquería y violencia, además de un argumento que entretiene sólo hasta la primera de metraje. Luego se torna repetitiva y cansina. Las interpretaciones de muy baja altura de un grupo de amiguetes es lo esperado para este sub-producto, con personajes y situaciones estrambóticas, muy forzadas, y la aparición "estelar" de Bruce Willis.