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Voto de Isaac Paskual:
8
Drama Narra la historia de amistad de dos curas, Julián y Nicolás, que tras sobrevivir a un intento de asesinato por parte del ejército durante su trabajo en Centroamérica, se asientan en una barriada de Buenos Aires para desarrollar su apostolado y labor social. Allí conocen a Luciana, con quien lucharán codo con codo contra la corrupción, un mal endémico de la zona. Su trabajo los enfrentará con la jerarquía eclesiástica y con el poder ... [+]
12 de enero de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Elefante Blanco” es una de las películas más crudas que he visto en lo que va de año. El realizador argentino Pablo Trapero nos narra las andanzas de dos curas intentando salvar un barrio marginal de Buenos Aires, y a sus gentes; y lo hace sin colorantes ni conservantes, e incluso sin vaselina, real como la vida misma. A la postre esa es una de las mayores virtudes del film, la cual se ve tremendamente beneficiada por el hecho de que Trapero, pudiendo caer a veces en el melodrama, sobretodo con ciertas subtramas, nunca lo hace. El drama de “Elefante Blanco” es duro y frio, seguramente difícil de digerir, pero es que la vida es así. Nuestro triangulo protagonista lo pasa mal, y el realizador consigue que tu lo pases mal con ellos. El cine realista de Pablo Trapero avanza con paso firme y decidido en la cinta.
“Elefante Blanco” es una película que tiene auténticos momentazos de esos que no se olvidan. Los primeros minutos del film, hasta que aparece en grande el título, son magníficos. Prácticamente sin diálogos y culminados con una escena final que es toda una metáfora. Y el desenlace es demoledor, lo mires por donde lo mires, te deja destrozado. Todo ello apoyado ademas por unas interpretaciones estupendas. Yo soy un fiel devoto de Ricardo Darín, y he de admitir que en “Elefante Blanco” está bastante contenido para lo que suele ser habitual en él, pero de igual manera esta soberbio. Martina Gusman y Jérémie Rénier sostienen bastante bien el triangulo.
“Elefante Blanco” no es una película fácil de ver, al igual que no sera fácil de olvidar. Hay una palabra que la define a la perfección, áspera. Tanto como una lija, y para lo bueno como para lo malo. Esa aspereza deriva en una frialdad muy palpable, y ello deriva en una relativa falta de emoción en todo el conjunto. Eso al final juega algo en contra del film, aunque seguramente sea una seña de identidad de Pablo Trapero y de su filia por el realismo, pero a “Elefante Blanco” no le habría venido mal algo más de sentimiento.
En definitiva, “Elefante Blanco” es cine en carne viva.
Isaac Paskual
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