El estudio Warner Animation Group debutó y saltó a la fama por "La LEGO película" (P. Lord & C. Miller, 2014), y a día de hoy viven, única y exclusivamente, de explotar dicha marca comercial. Bueno, para ser completamente sincero admitiré que hay un garbanzo entre tantas lentejas, el film que hoy nos ocupa. Y desde mi punto de vista, si algo les demuestra "Cigüeñas" a la división de animación de Warner es que, si quisieran, podrían hacer mucho más que vivir de esas pequeñas figuritas. Pero han de querer y, por ahora, lo que les reporta verdadero beneficio económico, son los juguetitos; pero que se anden con ojo porque, lo poco gusta, pero lo mucho cansa.
Vaya por delante que "Cigüeñas" me ha supuesto una grata sorpresa, eso como entrante. La película de Nicholas Stoller y Doug Sweetland estructuralmente es más de lo mismo, en ese aspecto nada nuevo que llevarse a la boca, pero bajo esa aparente capa de normalidad se esconde mucho más de lo que el mayor optimista pudiera esperar. "Cigüeñas" posee muchísima chispa, tanto en personajes como situaciones, forma mediante la que compensan un punto de partida bastante corriente. Habitualmente estamos acostumbrados a que las películas de animación tengan varios guionistas, lo que muchas veces desemboca en una tormenta de ideas que no termina de cohesionar, "Cigüeñas" en cambio solo tiene un guionista, el propio Stoller, y eso hace que la historia, a pesar de su sencillez, resulte más compacta e incluso más efectiva. Y luego a todo ello hay que sumarle un mensaje final pro-diversidad que me ha encantado y que además es muy positivo, un mensaje que siempre es difícil encontrar dentro del cine de animación, seguramente por pecar de excesivo conservadurismo.
Narrativamente el film intenta huir siempre del cliché, pero a veces lo logra y otras no. En su último acto no lo consigue, por ejemplo, entregando el clásico final de cinta de animación, persecución caótica incluida. Pero cuando si lo logra es cuando, por una vez, el protagonista de la historia no es el clásico marginado del grupo o el típico rarito, esta vez el protagonista es ese líder, espejo en el que todos se miran, y Nicholas Stoller le da la vuelta cual pantalón vaquero para sacar a relucir sus miedos e inseguridades, dándole mucha más enjundia a un producto que pintaba como peli de animación de rápido consumo. Ahí es cuando a mí, particularmente, "Cigüeñas" me ha empezado a seducir y a sorprender.
En definitiva, "Cigüeñas" es mucho más de lo que esperaba. Una cinta de animación: muy disfrutable, de bastante altura y de grato recuerdo.