"Ismael" es al melodrama lo que la saga "Fuga de cerebros" al cine comprometido. Se nota a la legua que la última cinta de Marcelo Piñeyro está hecha por gente que desconoce por completo las formas del melodrama.
El punto de partida del film no está mal, sí que es cierto que puede llegar a resultar ligeramente irreal, pero interesante es. Un niño que desea conocer a su padre, del que su madre apenas le ha hablado nunca, y emprende la aventura de viajar a Barcelona para hacerlo. Hasta aquí bien. Pero a partir de la introducción, el resto de la historia es un continuo decaer hacia el abismo del sopor. Decae el interés que despierta la trama en el espectador, decae el ritmo,... Todo decae menos el drama, que aumenta y aumenta hasta alcanzar unas cotas de intensidad insoportables por el ser humano. “Ismael” tiene un solo momento de liberación comica, escena que se agradece y que da que pensar en lo que hubiera sucedido con el film de haber tenido más momentos de desasosiego comico..
Otro apartado sobre el que hay que hacer hincapié es el actoral. La química entre Mario Casas y Ella Kweku es nula. Hacia mucho tiempo que una pareja protagonista no me dejaba tan frio. Y el personaje de Sergi López me ha resultado totalmente insufrible e innecesario. Su única función es la de alargar la historia de forma que a la película le sobren, como poco, quince minutos; justamente en los que dicho personaje aparece. Si su subtrama con el personaje de Belén Rueda se hubiera definido, pues bien, pero como no lo hace. Belén Rueda que, por cierto, me parece lo más salvable de “Ismael”.
En definitiva, no siendo el melodrama uno de mis géneros predilectos, “Ismael” no sera la película que me haga acercarme a dicho generó. Producto bastante insípido y del que podría esperarse más.