La Visita nos demuestra una vez más que Shyamalan sorprende, tanto para bien como para mal. Esta vez se queda entre una cosa y la otra regalándonos una película con una idea original y bien planteada que, desgraciadamente, no acaba de funcionar del todo.

Shyamalan apuesta por un producto de bajo presupuesto y se cuelga la cámara al hombro para dejar claro que también puede grabar uno de esos "found footage" tan de moda últimamente. Gracias a ello consigue los medios necesarios para llevar a cabo su idea: una mezcla de terror con sustos baratos (pero que aquí funcionan gracias al tono de la película), humor negro y algo -mucho más de lo que cualquiera pueda esperarse- escatológico y un final como siempre sorprendente que dejará a más de uno con el culo torcido pese a que sea el más previsible de toda su carrera.

Las actuaciones de los chavales son extrañas (en ocasiones parecen niños normales y otras actúan de forma tan rara como sus abuelos) y a veces te preguntas si es a propósito, porque la verdad es que toda la película se mueve en un ambiente exageradamente surrealista. Los abuelos están perfectos en sus papeles: raros, extraños, terroríficos y encantadores en una misma escena, pasan de desprender ternura a dar miedo en un instante... Sin duda los mejores de la película.

Sin embargo, la película no acabó de ser del todo de mi agrado. La pedantería de la niña resulta cansina, el tiempo que tardan en darse cuenta de lo que realmente ocurre es exagerado y el final es demasiado precipitado. Todo se resuelve demasiado rápido, como si al final a Shyamalan le entraran las prisas... Y eso sin contar con que la premisa de la película está algo cogida con pinzas*.

En definitiva, película interesante por ver un nuevo registro del irregular Shayamalan y por las interpretaciones de los abuelos; pero con algunas taras que lastran el final.

Nota final: 5.8