Si nos tenemos que fiar de los resultados de la última obra de Almodóvar, hemos de decir que su cine está en plena crisis. Es verdad que el cine en general está es crisis también debido a multitud de factores, pero supongo que no podrá echar la culpa de lo malo que es este film a la famosa subida del IVA cultural pergeñado por este (des)Gobierno o a la piratería. Estos elementos tienen la culpa de muchas cosas pero no de este despropósito.
Porque mira que la película es mala. Hay pocas cosas buenas que se puedan decir de este film. Un reparto de campanillas al servicio de nuestro director más laureado en una comedia de enredo. Los actores bastante hacen consiguiendo no caer en el ridículo al decir las frases que les han escrito, el director parece que ya no se sienta cómodo en la comedia y lo único que consigue es escribir un guión deshilachado, torpe y absurdo en el que las cosas van sucediendo sin motivo aparente y sin mucha lógica; lo peor es que el montaje, que es de risa porque se nota demasiado que las escenas han sido grabadas en diferentes sesiones y que luego se han pegado sin mucha habilidad. Por último, la gracia no se la ve por ningún lado. Ni una triste sonrisa se nos dibuja ante tanto chiste de maricones, de pollas, de follar, de mamadas y de otras cosas que, sinceramente, sonrojan a cualquiera con un mínimo de luces en el cerebro. Yo no tengo absolutamente nada en contra de los homosexuales, de hecho, algunos de mis mejores amigos lo son y tengo varios conocidos de esa tendencia sexual, pero incluso ellos se han visto degradados en este film retratados como locazas histéricas que sólo piensan en el sexo y en meterse un pene en algún agujero de su cuerpo.
En definitiva, una película plana, sin gracia y, por desgracia, bastante estereotípica, lo que es especialmente molesto viniendo de un guionista al que se le presupone un gran talento (que lo tiene). Un film en el que las constantes del cine de Almodóvar se llevan a un paroxismo sin sentido y sin humor, donde no hay lugar para la ironía y la escasa crítica social se hace con un trazo grueso grimoso. Este reparto (sobre todo Banderas, De la Torre, Dueñas, Areces o Arévalo) merecía algo mejor.