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Voto de Koonery:
5
18 de diciembre de 2010
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este remake de la alemana "Das experiment" (Oliver Hirschbiegel, 2001), Travis decide darle un cambio a su vida tras ser despedido por un recorte presupuestario de la residencia en la que trabaja. Tras conocer a una atractiva mujer, está dispuesto a seguir sus pasos hasta La India para volver a encontrarse con ella. Para lograrlo necesita dinero, por lo que entra en un experimento sociológico destinado a estudiar la relación entre la autoridad y el comportamiento humano. Pero ese experimento no se desarrolla según estaba previsto.
La principal diferencia está en la incorporación del clásico "Chico conoce a chica". Y ese es un argumento tan recurrente que ni siquiera hay un mínimo esfuerzo en su desarrollo. Solamente consigue aportar a la película la meta personal del protagonista de tener algo por lo que luchar, pero ni siquiera eso llega a ser una motivación.
Adrien Brody, que interpreta al Prisionero 77, podría dar más de sí mismo, pero quizá el proyecto no esté a su altura. Su personaje, que en la primera versión tenía una personalidad firme, adquiere un carácter esquizofrénico con el que pasa de enfrentarse a los más fuertes a sucumbir ante cualquier adversidad. Probablemente este sea uno de los cambios más desafortunados, ya que con él se pierde la excelente psicología que tenía en el filme alemán. Y eso por no hablar del dudoso concepto de violencia que se plantea, basado solamente en las agresiones físicas más graves que se puedan dar.
La gran tensión que impregnaba el título original se ha evaporado, pudiendo vislumbrarse únicamente en momentos muy puntuales. Desde luego, la resolución final no funciona. Lo que en "Das experiment" quedaba perfectamente explicado con las imágenes, aquí pasa a ser redundante mediante un diálogo final que evidencia su moraleja a los más despistados. Si bien en él se cuestiona la evolución humana, probablemente hubiese sido más productivo entrar a valorar la necesidad de volver a rodar una película sin tener el menor ánimo constructivo.
La principal diferencia está en la incorporación del clásico "Chico conoce a chica". Y ese es un argumento tan recurrente que ni siquiera hay un mínimo esfuerzo en su desarrollo. Solamente consigue aportar a la película la meta personal del protagonista de tener algo por lo que luchar, pero ni siquiera eso llega a ser una motivación.
Adrien Brody, que interpreta al Prisionero 77, podría dar más de sí mismo, pero quizá el proyecto no esté a su altura. Su personaje, que en la primera versión tenía una personalidad firme, adquiere un carácter esquizofrénico con el que pasa de enfrentarse a los más fuertes a sucumbir ante cualquier adversidad. Probablemente este sea uno de los cambios más desafortunados, ya que con él se pierde la excelente psicología que tenía en el filme alemán. Y eso por no hablar del dudoso concepto de violencia que se plantea, basado solamente en las agresiones físicas más graves que se puedan dar.
La gran tensión que impregnaba el título original se ha evaporado, pudiendo vislumbrarse únicamente en momentos muy puntuales. Desde luego, la resolución final no funciona. Lo que en "Das experiment" quedaba perfectamente explicado con las imágenes, aquí pasa a ser redundante mediante un diálogo final que evidencia su moraleja a los más despistados. Si bien en él se cuestiona la evolución humana, probablemente hubiese sido más productivo entrar a valorar la necesidad de volver a rodar una película sin tener el menor ánimo constructivo.