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Voto de Francisco Javier Millan:
8
Drama Chesley “Sully” Sullenberger es un piloto aéreo que en 2009 se convirtió en un héroe cuando, al poco de despegar, su avión se averió y logró realizar un aterrizaje forzoso del aparato en pleno río Hudson, en Nueva York, con 155 pasajeros a bordo. (FILMAFFINITY)
9 de noviembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el primer tramo del film un simple taxista le expresa su gratitud al comandante Sully, no sólo por salvar las 155 vidas que viajaban en el avión, sino también por haber dado la primera buena noticia en años a una sociedad absolutamente castigada por la crisis. Y es que 2009, año fatídico donde los haya, daba sus primeros coletazos con la imagen heroica de lo que se vino a conocerse como el “milagro del Hudson”.
Clint Eastwood parece estar empeñado últimamente en reflejar en la pantalla la vida de personajes, muy buenos en sus funciones y trabajos, pero un tanto cuestionados por una parte del colectivo. Su nueva película podría perfectamente formar parte de un díptico con “El Francotirador”, historia con la que comparte algunos puntos en común en la base, aunque no tanto en su desarrollo.
Resulta inadmisible, a la vez que desconcertante, que en la sociedad y mercado laboral actual se penalice a la gente que hace bien las cosas, o al menos de la manera correcta y ética. Sorprende que un acto como el del protagonista sea alabado por la multitud mientras que, en su seno profesional, tenga que pasar por un exhaustivo juicio de valores y de formas. Hay una cierta predisposición de querer tumbar al héroe y a cuestionar sus acciones. Lo malo es que, en la mayor parte de los casos, son los mediocres los que provocan esta clase de situaciones.
Eastwood quiere contarnos muchas cosas de su forma de pensar bajo la aparente sencillez de un film menor, dentro de su ya de por sí mítica filmografía. Nos devuelve a un suceso y nos lo explica con gran detalle, dejando entrever los procedimientos que suelen ir acompañados detrás de un accidente de estas características. Probablemente nos encontremos ante una de las mejores películas sobre aviación de la historia del cine, impecablemente narrada, dentro de su ritmo calmado pero a la vez perfectamente orquestado.
En ella entraremos en el mundo de los pilotos, los sindicatos que los amparan, los puestos de control y la ejecución de los simulacros para comprobar una y otra vez las diferentes posibilidades de vuelo. Una estructura que casi tiene un ritmo documental, aderezada como suele ser habitual, con ese espíritu de superación norteamericano que le hace luchar contra las adversidades.
Por otro lado el film actúa como bomba de oxigeno para la humanidad. Todos en una situación parecida a buen seguro actuaríamos en bloque, formando un solo equipo. Recuperar el espíritu de los actos heroicos que se vivieron durante el 11 S y hacer un sentido homenaje a todas las fuerzas de salvamento que participaron en el rescate de este avión amerizado.
De vez en cuando necesitamos de esta clase de historias para seguir confiando en nosotros mismos. Y sí son contadas por un narrador como Clint Eastwood mejor que mejor, a años luz de distancia de cualquier propuesta salida de jóvenes realizadores actuales. Cuando lo perdamos, cerraremos un capítulo entero de la historia del cine, sin ninguna esperanza de relevo generacional.
Francisco Javier Millan
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