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Voto de Alberto M Laguía:
5
Drama En el Japón del siglo XVII, Oharu, hija de un samurai, es expulsada de la corte de Kioto y condenada al exilio por enamorarse de un criado. Tras la ejecución de su amante, Oharu es obligada por su padre a convertirse en la concubina de un gran señor, al que su esposa no ha podido dar un heredero. para mayor desdicha, después de dar a luz la arrebatan a su hijo y es expulsada de la casa. (FILMAFFINITY)
23 de abril de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante, que esta es mi primera incursión en el cine clásico japonés (y mi primera crítica en filmaffinity), por lo que tomadlo como que aún estoy muy verde y necesito más rodaje. Dicho lo cual, viendo su excelente calificación en esta plataforma o en otras, me siento un poco bicho raro porque a mi no me ha atrapado…

Es cierto que me ha gustado conocer la época feudal japonesa, entender sus convencionalismos, el concubinato… Asimismo, entiendo el mérito de Mizogughi (uno de los tres grandes, junto a Kurosawa y Ozu), dado que se trata de uno de los creadores, o de hecho, el precursor del plano secuencia en los treinta (veinte años antes incluso de la Soga de Hitchcock y su falso plano secuencia de dos horas). También entiendo su dominio del los planos aéreos (como cuando Oharu se quiere quitar la vida y corre perseguida entre bambús por su madre… de hecho, a mi gusto, de lo mejor de la película, junto con la idea del flashback)…

Sin embargo, es precisamente los planos secuencia dinámicos y los planos abiertos, los que hacen que no conecte nada con la fuerza emocional de los personajes, básicamente con Oharu. No me ha atrapado como sí lo hace un plano secuencia estático como los de Haneke en "Amour" (2012) o los close-ups de Abdellatif Kechiche en "La vida de Adele" (2013), donde sí me empapo de la emoción de los personajes. Por ello dicen que el plano abierto es el que permite obtener el máximo de información y el plano detalle, todo el sentimiento.

Me pasa un poco como con el ejemplo de siempre: Terrence Malick. Magnífica fotografía, gran dirección, pero no me atrapa y empiezo a mirar la hora a los 30 minutos.
Alberto M Laguía
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