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Voto de antonio lopez herraiz:
10
Western. Aventuras Texas. En 1868, tres años después de la guerra de Secesión, Ethan Edwards, un hombre solitario, vuelve derrotado a su hogar. La persecución de los comanches que han raptado a una de sus sobrinas se convertirá en un modo de vida para él y para Martin, un muchacho mestizo adoptado por su familia. (FILMAFFINITY)
14 de agosto de 2018
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existe una razón de peso por la que jamás me consideraré a mí mismo un cinéfilo, amén de la profunda pereza que me produce la gente que es capaz de etiquetarse a sí misma, y es por la sencilla razón de que, entre esos 100 o 200 clásicos que consideramos de visión obligada, es probable que todavía no haya visto ni la mitad de ellos. No obstante esa dejadez tiene su parte buena, y es la de tener el privilegio de descubrir a una edad ya no tan temprana el que desde hoy no sólo considero el mejor western que he visto hasta ahora, sino la mejor obra cinematográfica que jamás haya descubierto. No me extenderé a costa de la cuidada (y moderna) puesta en escena ejecutada por John Ford -Natalie Wood al fondo de plano, precipitándose colina abajo hasta John Wayne y Jeffrey Hunter-, adelantada a su momento en comparación con la de otros westerns clásicos de mismo tallaje -ahí no entran los posteriores de Siegel, Peckinpah, Leone o el propio Eastwood, aprendiz aventajado de los tres-, observándola como una 'rara avis' dentro de un género del oeste que todavía no había sido tocado por un nivel de realismo tan crudo y salvaje. Aún no hemos dejado atrás aquellos viejos tiempos en los que gente como John Wayne, Glenn Ford o Robert Mitchum interpretaban casi siempre al mismo personaje, pero que me aspen si cada secuencia que comparten el Duque y Jeffrey Hunter no es una maldita lección de interpretación. Que 'Centauros del desierto' (1956, John Ford) sea la mejor película que he conocido es tan cierto como que la tensión respirada entre Debbie (Natalie Wood) y su hermanastro al reencontrarse en pleno desierto me ha puesto la piel de gallina, o que John Wayne alejándose por el umbral de la puerta, tras traerla de vuelta a casa, me ha dejado al borde de las lágrimas. Esto no es otro western más. Es una jodida obra de arte.
antonio lopez herraiz
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