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Voto de antonio lopez herraiz:
2
Terror Manolo y Candela se instalan en el madrileño barrio de Malasaña, junto a sus tres hijos y el abuelo Fermín. Atrás dejan el pueblo en busca de la prosperidad que parece ofrecerles la capital de un país que se encuentra en plena transición política. Pero hay algo que la familia Olmedo no sabe: en la casa que han comprado, no están solos...
17 de enero de 2020
12 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tarde o temprano iba a pasar. La 'verónicaexploitation' ha aterrizado en la cartelera, al cabo de casi 2 años, a raíz del éxito cosechado por la ya penúltima cinta de Paco Plaza. Y por más que su director Albert Pintó trate (comprensiblemente) de vender la moto en entrevistas a medios especializados, con las bondades de la presunta influencia de Stanley Kubrick o Polanski (¡!), Takashi Shimizu, Hideo Nakata o James Wan -a éste sí se le podría citar con propiedad-; no descarto la probabilidad de que Bambú ('Las chicas del cable', 'Velvet'), A3 Media y Warner Bros España lleven precocinando este plato desde mucho antes que el propio realizador al que han colgado este encargo. Bambú Producciones, hasta la fecha, puede presumir de un amplio (y fructífero) bagaje extrayendo petróleo -catódico, sobre todo- al tirón mediático de determinadas marcas: Gran Hotel, Hispania, Imperium, Velvet, Fariña, Instinto, etc... no eran sino torpes retazos a la senda abierta respectivamente por Downton Abbey, Roma, Narcos, 50 sombras de Grey y otros éxitos internacionales.
Y el nuevo modelo a imitar lo han hallado en Vallecas, en aquel minúsculo pisito habitado por una madre viuda y sus hijas, pero con leves divergencias en la estructura familiar, emplazamiento urbano y, para que no cante demasiado la cosa, trasladándonos desde los años 90 a finales de los 70.
El reclamo publicitario de 'basado en hechos reales' también está aquí, si bien, al no estar basado realmente en ningún caso específico, el engranaje publicitario de 'Malasaña 32' se escuda en la verdad a medias de que, si bien Plaza utilizó como base argumental el fraude del 'caso Vallecas', ellos se inspiran en varios crímenes acontecidos en el barrio de Malasaña desde mediados del siglo XX. La lista de necrológicas en Malasaña puede ser extensa, ¿así que quién querría tomarse la molestia de averiguar la veracidad de tal afirmación?
Y donde Paco Plaza mostraba a una familia normal, con diálogos creíbles y situaciones mundanas, aquí reincidimos en lo que yo, a título personal, me he tomado la libertad de bautizar como 'el síndrome de Sancho Panza', y que consiste en la propensión de los guionistas españoles a subrayar el temperamento campechano de cualquier personaje que pertenezca a un estrato social y económico humilde, obligándole a hablar durante todo el tiempo con localismos rancios, refranes tradicionales y frases castizas. Para enmarcar queda el trascendental momento en que, nada más llegar a la gran ciudad, al aguje.. el pisito embrujado en el que vivirán, el cabeza de familia adopta una actitud solemne y exclama en mitad de la calle: Ahí lo tienes, ¡el cielo de Madrid para nosotros!... vamos a estar como reyes.
Por lo que toca estrictamente a los resortes inamovibles en el cine de género, los autores de la BSO -Frank Montasell y Lucas Peire- exprimen hasta la extenuación el gastado truco de los golpes de sonido para tratar de asustar al personal (o dejarlo sordo).
No faltan algunos clichés entrañablemente predecibles: los mensajes inquietantes -uuuhh, te esperábamos- llegados desde el más allá hasta cualquier rincón de la casa, el viejo capaz de percibir cosas que el resto de miembros de la familia no pueden percibir -por eso de que está con pie y medio en la tumba, supongo-, una hermana mayor y un hermano pequeño indisimuladamente análogos a Verónica y Antoñito de 'Verónica'. Y sí, Amparo (Begoña Vargas) también se dedica a cuidar de la casa, lavar la ropa y bañar al pequeño Rafita durante el día para que sus padres puedan trabajar y sacarles adelante. ¿Las niñas de 1972 no iban al instituto??
Lo más generoso que puedo decir sobre 'Malasaña 32' (2020, Albert Pintó) -además de que es razonablemente divertida- es la falta de rubor con que el autor de 'Matar a dios' (2018), en el tramo final, explota con un tour de force increíblemente guiñolesco trufado de adolescentes preñadas, adulterio con la cuñada, una discapacitada flotante poseída por el espíritu de un travesti o la dignísima Concha Velasco dandolo todo por un papelazo a mitad de camino entre Karl Lagerfeld, Margarita Seisdedos y Zelda Rubinstein en 'Poltergeist' (1982, Tobe Hooper). Y no, aunque lo parezca, no estoy hablando de 'Spanish Movie 2'.
Mientras tanto, Pintó trata de sacar provecho tanto de una lujosa factura técnica como de su pericia para crear una atmósfera malsana y paranormal (en la medida de lo posible), intentando hallar un revulsivo con el que contrarrestar el desbarajuste de un guión desastroso escrito a ocho manos (¿?) por los responsables de algunos de los peores productos de la televisión reciente.
'Malasaña 32' es un producto de Bambú Producciones al 100%: Buena dirección. Grandes actores. Lujosa factura técnica. Guiones que parecen escritos por un niño de 13 años.
antonio lopez herraiz
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