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Voto de antonio lopez herraiz:
9
Acción Dos hombres despiadados, Fouchon y Van Cleaf, han convertido Nueva Orleans en su particular coto de caza, donde organizan siniestros torneos que enfrentan a sus asesinos con veteranos de guerra, a quienes prometen 10.000 dólares si logran sobrevivir. Desde luego, ninguno de los infortunados que se atreve a probar suerte en tan sangriento juego llega a cobrar el premio. Las cosas cambiarán el día en que Chance Boudreaux (Jean Claude Van ... [+]
6 de agosto de 2023
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Reconozco que, a priori, incluso a mí antes de que diga esto, es una combinación con la que todavía no me siento familiarizado, pero si ha habido un díptico que alimentó la taquilla y contribuiría de froma decisiva a que la etapa "mainstream" de Jean Claude Van Damme en Universal fuese fructífera, ése fue el que cimentaron las colaboraciones de JCVD con el productor -yo no le habría hecho ascos si le hubiese dirigido en la siguiente- Sam Raimi.
Y desde luego no era menos apetecible ver, dando su primer paso -sin libertad, pero paso a fin de cuentas- en Hollywood al rey de la acción hongkonesa, John Woo, introduciendo, pese a una insatisfacción nunca disimulada (de Woo, no del público mayoritario) de alguna de sus más reconocibles marcas: piruetas imposibles reinventando la forma de conducir correctamente una Honda XR y demás fantasmadas abradacadabrantes tornadas en sudorosas piezas de patadas, explosiones, emboscadas y, en resumidas puro arte testosterónico para reinventar, por enésima vez, 'El malvado Zaroff' (1933, Irving Pichel & Ernest B. Schoedsack) con el trío Juan Claudio, Yancy Butler y Lance Henriksen haciendo de Joel McCrea, Fay Wray y Leslie Banks. La parte de lozania en el bando de los asesinos la aporta el por aquel entonces Darkman Low Cost para el propio productor y futura momia Arnold Vosloo, brindando al director uno de sus tics de cabecera: el duelo a muerte de espalda contra espalda separadas por un muro.
John Woo al servicio de Jean Claude Van Damme, y viceversa. Y ambos dejándose apadrinar por Sam Raimi. O sea, aburrimiento cero.
antonio lopez herraiz
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