¿Alguién dijo oro?? O mejor aún, si lo que buscas son monedas... ¡Las Vegas es el lugar que necesitas! Harina de otro costal es que decidas prevenirte contra futuras crisis de ludopatía ahorrándote el trámite de las máquinas tragaperras y ceñirte a lo tuyo: asaltar directamente a los turistas que se llenan los bolsillos rebanándoles el cuello, el dedo y cualquier extremidad donde exhiban sus relucientes avalorios. Bienvenidos a la ciudad del pecado y la capital mundial del matrimonio express. Ejem.... y por descontado de los espectáculos de magia con cuerpos descuartizados por motosierras.
Mención aparte a la presencia fija (de momento) e imprescindible de Warwick Davis, el reparto lo completan el melifluo actor con prolífica trayectoria escribiendo -John Gatins fue nominado al Oscar al Mejor Guión Original por 'El vuelo' (2012, Robert Zemeckis)-, el ex semiconocido veterano Michael Callan ('Gidget goes hawaiian', 'El desafío de los Siete Magníficos') o la imprescindible (en el terror chusco) Caroline Williams ('Hatchet 3', 'La Matanza de Texas 2'). Un discreto surtido de 'calientabanquillos' en la plana mayor del videoclub, vamos. A Lee Armstrong -una perfecta desconocida, si la memoria no me traiciona- le toca pasarse casi toda la película con un ajustadísimo corsé negro -y quien dice ajustado, una o dos tallas inferiores a la que le corresponde-: se agradece.
Debuta en la franquicia el responsable de la mejor película de Nicole Kidman hasta la fecha y estrenada unos doce años antes: Los Bicivoladores.
El gore y las risas prosiguen con su incremento sin complejos. Tal como tiene que ser, dicho sea de paso, aunque puede que con lo segundo se propase un pelo Brian Trenchard-Smith desdoblándose al firmar tanto la película como los cheques de 20.000 dólares que su protagonista juega en el casino.
Un simpático despropósito.