Cojan Ocean's Eleven y cambien los casinos por campos de batalla, sus mitos actuales de Hollywood por mitos del cine de acción de antaño y los afilados diálogos llenos de chispa por ensalada de tiros y mamporros incansable y tendrán Los Mercenarios 2.

Para resumir, la segunda parte era lo que más o menos esperaba de la primera. Quedé algo decepcionado con la película dirigida por el propio Stallone, porque me faltaba precisamente mucha más parodia de sí misma, mucha menos seriedad, que es precisamente lo que tiene Los Mercenarios 2. Porque seamos sensatos y sinceros, por mucho que nos guste ver todavía a día de hoy las películas de acción más comercial y salvaje de los ochenta y principios de los noventa, lo que realmente buscamos en una película así es que se hagan alusiones humorísticas en tono de parodia. Mientras se van pegando tiros y dándose golpes te mantienes atento para no perderte esa línea de guión que hace referencia a tus mitos de la infancia.

Así que, como película de acción, está bien, pero no es como para tirar cohetes. Más todavía cuando ves películas de acción como The Raid por países lejanos y distantes del foco de la publicidad que te dejan boquiabierto. Sin embargo, cuando la cosa se vuelve más cómica, Los Mercenarios 2 merecen la pena. Un gran Schwarzenegger, un mejor Stallone que en la primera parte y un Chuck Norris casi entrañable (seguro que no es el mejor adjetivo). Como pasaba en la primera, recordarás los "puntazos", pero no la película en sí. Van Damme un poco desaprovechado, todo sea dicho.