Una primera parte sensacional y una conclusión mucho más... fría. El mundo creado por el magnífico Bong Joon-ho es quizá demasiado predecible pero a la misma vez está lleno de momentos que se quedarán grabados en la retina del espectador. Destacar también la actuación de Chris Evans, muy diferente al resto de papeles que ha hecho hasta el momento, y el siempre solvente Song Kang-ho, aunque siempre que le veo en un papel rematadamente serio echo mucho de menos su poderoso sentido del humor.

Otro futuro distópico que podría haber dado más de sí, sobre todo en cuanto a sorpresas. Conforme Chris Evans y su gente van avanzando por el enorme tren se van disipando las ganas de que llegue al final del mismo, aunque se guardan esperanzas de que pase algo más que acabe por impulsar una película que al final queda demasiado helada.