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Voto de Cinemagavia:
4
Terror. Thriller Un agente de Hollywood casado recibe una misteriosa carta para un encuentro sexual anónimo y se ve envuelto en un mundo siniestro de mentiras, infidelidad y datos digitales. (FILMAFFINITY)
23 de febrero de 2022
8 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Un histriónico y agresivo alto ejecutivo

The Beta Test comienza con la secuencia de una fatídica discusión entre una pareja en su lujoso apartamento que conviene recordar antes del final del largometraje.

Jordan Hines, Jim Cummings, es un alto ejecutivo de una importante compañía audiovisual y publicitaria de Los Ángeles. En seguida muestra su personalidad histriónica y carácter agresivo.

Tanto en su vida laboral como en sus relaciones de pareja y con amistades está habitualmente estresado y muy tenso. Sus planes de boda dentro de dos meses con su prometida tampoco le relajan, todo lo contrario.

Por si aún necesitara más disgregaciones personales un día recoge del buzón del correo un sobre morado con una invitación para tener una sesión privada de sexo.

Acude a la propuesta entrando a ciegas en la habitación de un hotel donde tiene una tórrida relación. Ésta secuencia es poco creíble en su planteamiento y desarrollo.

Además lejos de calmarse a partir de aquí se complicará más cuando acaban enterándose algunos compañeros de trabajo. Entre ellos una migo ejecutivo y su asistente personal.

La película sigue tensándose como el propio personaje protagonista. Su trabajo diario lo aborda con agresividad continua no librándose tampoco de ella su novia Caroline Gaines, Virginia Newcomb, tan paciente como inexpresiva.

El guion complica al desbordado Jordan con una negociación tensa en la que se implica en su empresa con Raymond Lee, Wilky Lau, un empresario chino un tanto oscuro.

*Un argumento con diálogos que chirrían

Estando a éstas alturas de The Beta Test defraudados por la evolución de la trama empieza el esfuerzo por seguirla.

Nuevas secuencias resultan poco creíbles en sus diálogos banales y la configuración del ejecutivo Jordan como un personaje exagerado. Éste tiene una patética actuación cuando acude días después a la recepción del hotel para conseguir la factura de su estancia. El guion chirria especialmente con el texto escrito para la confrontación entre el recepcionista y el desquiciado ejecutivo.

Otra secuencia un tanto desbordada es la de la subasta de objetos realizada por el empresario chino y donde su mujer Laura Lee, Lya Yanne, tiene un confuso papel.

Escenas y secuencias metidas a calzador en un pretendido thriller que no se sostiene tanto por su flojo guion como por la exagerada actuación del protagonista principal.

Jordan abrumado por la situación persigue cualquier atisbo de rastro de la invitación de la sesión de sexo exclusivo. Así investiga por su cuenta a posibles repartidores, imprentas, recepcionistas y compañeros de trabajo.

La película sigue decayendo a medida que avanza el metraje aunque los escritores del guion, Jim Cummings y PJ McCabe, sigan añadiendo nuevas secuencias.

Mientras tanto nuestro interés decae y nuestra decepción aumenta en paralelo. La mala construcción de la trama y el montaje embarullado no ayudan a digerir éste producto de supuesta denuncia de la corrupción y degradación sexual.

El tradicional puritanismo estadounidense una vez más queda en evidencia con éste film flojo surtido de malas actuaciones.

*Pretendida sátira con mediocre argumento

Como espectadores continuamos por inercia la deriva de la trama sin apenas esperanzas de que mejore, y ya más interesados en su final.

De nuevo los guionistas trufan con nuevas secuencias como el estúpido enfrentamiento entre el empresario chino y su mujer. Así como la de las pequeñas vacaciones en la montaña que a modo de retiro y descanso emprenden Jordan y Caroline.

Otra errática secuencia transcurre en el curso de cocina donde el ejecutivo y su prometida aprenden también aguantando los dislates del insufrible Jordan.

El desastre argumental no cesa prosiguiendo con nuevos desvaríos de la personalidad paranoica del protagonista principal. Empoderado por su propia prepotencia y estupidez se hace pasar por investigador privado, policía o cualquier otra función que le convenga.

Otra secuencia descacharrante es su visita nocturna al presunto divulgador de las tarjetas moradas. Aquí la actuación de ambos contendientes llega al paroxismo de la violencia.

Obligado a seguir viendo The Beta Test para poder hacer ésta crónica seguimos con atención y estupefacción la caída libre de la película. Aún los guionistas inasequibles al desaliento siguen continuando su argumento con la secuencia con la weddingplanner. Un nuevo desvarío de Jordan dispara su mente extraviada. Cree reconocer allí a aquella mujer con la que tuvo el clandestino encuentro sexual.

El desastroso final pone fin a tan disparatado guion descansando tras librarnos de nuevas incidencias.

*Conclusión

The Beta Test es una pretendida sátira de aquellas películas de detectives en el marco dorado de Los Ángeles y Hollywood. Sin embargo gracia no tiene y sí mucha desgracia acumulada.

Un argumento muy flojo con diálogos en ocasiones absurdos, bajo la escritura y dirección de Jim Cummings. Actuaciones mediocres del reparto. Un personaje protagonista histriónico, agresivo, maleducado y prepotente. Una prometida de éste zafio alto ejecutivo que a dos meses de su boda aún parece seguir dispuesta a complicarse la vida con él.

Si les gusta el buen cine, no pierdan su tiempo, mejor elijan otra película con mayores atractivos y garantías.

Escrito por Fernando Gálligo Estévez
Cinemagavia
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