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Voto de Cinemagavia:
8
7,1
5 700
Animación. Drama. Fantástico Mahito, un joven de 12 años, lucha por asentarse en una nueva ciudad tras la muerte de su madre. Sin embargo, cuando una garza parlante informa a Mahito de que su madre sigue viva, entra en una torre abandonada en su busca, lo que le lleva a otro mundo. El título de la película se basa en la novela de 1937, 'Kimitachi wa Dō Ikiru ka' escrita por Yoshino Genzaburō pero la película presenta una historia original que no guarda relación con la novela. (FILMAFFINITY) [+]
25 de octubre de 2023
13 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Un director único

Hayao Miyazaki lleva sus hombros el peso de la animación japonesa. Pueden gustar más o menos sus formas en el cine pero es indudable el peso y la huella que deja su filmografía, con más de diez películas entre las que se encuentran títulos tan icónicos como El viaje de Chihiro, El castillo en el cielo o El castillo ambulante.

Respecto a su nueva película, El chico y la garza, la envuelve un halo de misterio desde su estreno en Japón, al no haberse anunciado en ningún medio. El preestreno en España se ha dado en el marco de la 71.ª edición del Festival de San Sebastián, donde hemos tenido la posibilidad también de ver virtualmente al director japonés. Este, que siempre se ha mostrado muy reservado en sus exposiciones a los medios, compartió un pequeño video con el festival en muestra de agradecimiento por el Premio Donostia.

Está claro que Miyazaki no quiere imposiciones externas, ha realizado El chico y la garza sin que nadie la esperase, pero con la seguridad de un gran recibimiento por parte del público. Puede ser que estemos ante la última obra del director y no podemos estar más agradecidos por haber aumentado su testamento fílmico.

*Animación

La animación de Hayao Miyazaki, que ha alzado desde hace años la merecida fama de Studio Ghibli, no ha perdido ni un ápice de energía con el paso de los años. Cada plano es fruto de un impresionante trabajo y una casi enfermiza obsesión por conseguir fotogramas que estallan en la pantalla llenando la retina del espectador de unos colores que parecen encerrar un mundo en sí mismos.

Es interesante recalcar en este punto el cambio de animación en la secuencia inicial, donde el protagonista corre en busca de su madre mientras las calles de Tokyo se incendian a causa de la Segunda Guerra Mundial. En esta secuencia se mezclan las texturas de una manera única, creando composiciones de gran belleza.

*Ritmo

El ritmo de la película puede percibirse de distintas maneras en función del espectador, pero parece que en El chico y la garza hay cambios marcados en el tratamiento de la historia. Al inicio puede parecer que le cuesta iniciar ese viaje, repitiendo los encuentros entre el chico y la garza y dilatando un momento que sabemos que llegará y ansiamos antes de tiempo. Cuando esto sucede todo se acelera, empapando al espectador de gran cantidad de información y pudiendo llegar a abrumar en un primer visionado.

Se requiere tiempo para traducir y entender cada mensaje que nos ofrece El chico y la garza. Una cosa esta clara, Hayao Miyazaki sigue siendo una máquina imaginativa de máxima potencia. Nos hace descubrir nuevos compañeros de viaje como los warawara, pequeñas criaturas que acaban convirtiéndose en humanos y que marcan la película como lo hicieron previamente los kodama en La princesa Mononoke o los susuwatari en Mi vecino Totoro. Y, aunque puede que no captemos en un primer visionado todo lo que la película ofrece, se abandona la sala de cine deseando volver a entrar en ese mundo. Y eso es algo difícil de encontrar.

*Viaje hacia el interior

Toda la película se articula alrededor del viaje del protagonista en un mundo mágico que provocara un cambio en su actitud. El adolescente esconde, desde el trauma acontecido con su madre, todos sus sentimientos. Observamos como posee un mundo interior que mantiene reprimido, explotando por las noches en lágrimas involuntarias que revelan su sufrimiento. También lo notamos cuando inicia la escuela y acaba autolesionándose y ocultando a todo el mundo que no ha sido otro el causante.

Este mundo interior tan hermético ira abriéndose desde el momento en que la garza le ayude a entrar en un universo nuevo. Durante ese viaje el protagonista aprenderá a conocerse a sí mismo y a los demás, madurando y abandonando el miedo a decir lo que realmente siente. En este viaje, al final, no solo asistimos al duelo por su madre y aceptación de una tía que ahora vive con su padre, sino al descubrimiento y aceptación de uno mismo.

Esta trama de aprendizaje, donde el personaje abandona poco a poco la niñez y consigue madurar emparenta claramente con la última película de Céline Sciamma, Petite maman. En ambas películas una versión adolescente de la madre acompaña al protagonista en su búsqueda interior, ayudándolo a madurar y superar las adversidades.

*Conclusión

El chico y la garza es una estupenda película del siempre magnifico Hayao Miyazaki, que nos permite volver a deleitarnos con los fotogramas de la casa Ghibli y zambullirnos en un mundo mágico durante dos horas. Puede que este mundo sea demasiado grande para abarcarlo con una simple mirada, pero, ¿a quién le va a importar volver a sumergirse en este universo?

Escrito por Carlos Moreno Latorre
Cinemagavia
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