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Voto de Cinemagavia:
7
Comedia. Drama. Romance Es primavera y toda la familia está alborotada por el inminente compromiso de la querida hija mayor, Marcella, quien, por su parte, sólo espera casarse rápidamente con un simpático chico de clase media, Giulio, y librarse por fin de esa incómoda familia.
26 de abril de 2024
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El nuevo realismo

Roma, 1946. Durante la posguerra italiana, Delia (Paola Cortellesi), casada con Ivano (Valerio Mastandrea) y madre de tres hijos, será la representante del pueblo romano. El emblema de la subordinación política, social y cultural de muchas generaciones de mujeres. Al igual que lo fue Anna Magnani en la obra maestra de Rossellini: Roma, città aperta, Delia nos mostrará los escombros del fascismo y el deseo de reconstrucción.

En vísperas de alcanzar el referéndum constitucional, Cortellesi se sumerge en un lugar común del cine italiano. Las calles romanas están patrulladas y la comida está racionada, mientras que Delia trabaja sin cesar en un espacio cerrado. Roma se convierte en un escenario, un lugar artificial en el que Delia representa a la mujer del mañana.

*¿Ética o estética?

El blanco y negro suaviza la violencia, pero no la enmascara. Delia se sabe víctima del sistema y lucha sin ira, sin rencor, ella desafía a su marido con un ímpetu que aboga por la belleza de la humanidad. Todo está narrado con un espíritu moderno y a veces divertido, aliviando el dramatismo del personaje principal pero nunca ridiculizándolo.

Así, Siempre nos quedará mañana es una especie de microcosmos caricaturesco en el que cada uno juega un papel muy bien definido; Paola Cortellesi no pretende explorar la violencia patriarcal, sino los efectos que esta produce. De este modo, las palizas se convierten en un baile y la sangre se seca al terminar la función. Cortellesi consigue ser más eficaz utilizando música y danza para subrayar el dramatismo de la situación.

Quizá peque de simplificación al tratar de resolver la violencia de género y la represión de la sociedad patriarcal con una tarjeta electoral. Y, sin duda, la certeza de que siempre nos quedará mañana no es un gran aliciente. Además, el hecho de inspirarse en la estética neorrealista y el cine clásico italiano resulta a veces un poco impostado: trajes, maquillaje, escenografía… pero ¿dónde está la esencia del cine?. El neorrealismo hablaba de un presente que exigía una forma propia, algo que no parece tan fácil lograr a día de hoy.

*Conclusiones

La recurrente reflexión sobre el sexismo imperante en cualquier clase social, que transciende las jerarquías y se impone en todos los ámbitos, es puesto en escena con sobriedad y humorismo por Paola Cortellesi; se trata de un fenómeno sistémico que nos afecta a todos, es la gran tragicomedia de la vida.

Por lo tanto, Siempre nos quedará mañana es un filme sobre la lucha por las causas perdidas. Reivindica la fuerza, la terquedad y la voluntad inherente del ser humano a realizar pequeños gestos. Así como la esperanza de vislumbrar una salida triunfal del patriarcado. Con burla, elegancia y ligereza, con guiños al cine clásico italiano y momentos al más puro estilo de la comedia slapstick americana, la directora reclama con su obra la tan querida emancipación femenina.

Escrito por Soraya Unión Álvarez
Cinemagavia
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