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Animación. Comedia. Drama
Harvie es un polaco que padece el Síndrome de Tourette, un impulso irrefrenable de tocar con un dedo la punta de la nariz a la gente. Debido a eso, fue marginado en la escuela, razón por la que su madre decidió darle clases en casa. Pero su madre era analfabeta y tenía cierta tendencia a hablar con personas sin que estuvieran presentes. En cualquier caso, trató de transmitirle mediante hechos sus conocimientos sobre la vida. ... [+]
23 de abril de 2010
17 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este cortometraje es un homenaje a todos aquellos que lejos de cargar únicamente con sus propias dificultades asumen con ilusión las de otros a cambio de su amor y cariño. Harvie Krumpet es un canto a la vida y a la lucha por la dignidad de las personas, un reclamo para todos aquellos que no son capaces de alzar su propia bandera (Harvie optará por el nudismo y la defensa de los derechos de los animales, así como por un filantrópico estilo de vida donde su principal interés, queriendo o sin querer, será su entorno próximo). Adam Elliot consigue una lograda historia que además de encomiable en lo técnico explora muchos de los problemas sociales y políticos del siglo XX y, por supuesto, XXI. En cierto sentido nos encontramos una crítica frente a la pérdida de los lazos familiares en medio de un mundo globalizado y exigente*, el drama de la pérdida de raíces a causa de las catástrofes bélicas**, los bienes que nos reporta el vivir como un niño consciente hasta cierto punto de las responsabilidades: ese es el verdadero superhombre, aquel que nunca se olvida de cómo jugar, de disfrutar de los pequeños placeres de la vida que bien pueden ser cualquier bocanada de aíre fresco o el simple momento en que acariciamos la cama para irnos a dormir. Hay reflexiones en torno a la propia eutanasia***. Un film completísimo que tan sólo dura 22 minutos. Yo casi diría que es un auténtico milagro el modo en que queda perfilada la personalidad de este entrañable Harvie Krumpet, al cual es imposible no querer.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
* La hija de Harvie, con una brillante carrera académica, se marcha a New York para ejercer como abogada, lo cual condena a su padre a pasar sus últimos días en una residencia para ancianos llamada "Los prados agradables". Por supuesto no falta ironía en el propio nombre y en el árido y hostil entorno en que ésta está enclavada. De hecho muchas adoptan nombres similares que tranquilizan las conciencias de aquellos que por no poder o no querer abandonan a sus mayores en manos de desconocidos. No hay crítica, tan sólo una puerta abierta a la reflexión. De hecho así ha de ser cualquier obra artística: jamás hay que tratar de imponer imperativos categóricos, sólo conseguir sembrar preguntas en la mente de la gente. En este sentido hay que felicitar a Elliot por su trabajo.
** Harvie, nacido en Polonia, tiene que huír de allí ante la invasión alemana. Sin embargo ésta es una de las partes menos creíbles del film dado que el Báltico era un mar bloqueado por los alemanes ya en 1939 y, por lo tanto, era imposible cualquier tipo de huída por vía marítima a Australia. Sí hubo refugiados que marcharon al este y otros que trataron de alcanzar Rumanía, pero no más allá de eso. En cualquier caso la idea es mostrar la capacidad adaptativa del ser humano, incluso uno con las limitaciones de Harvie, y la necesidad de saber sobreponerse al pasado y sus traumas.
*** Los ahí que ya no encuentran más que hacer en la vida si no languidecer a la espera del fin de sus días sumidos en el más profundo sufrimiento (la pobre anciana enferma de cáncer terminal, completamente deformada por un tumor) y otros que pueden ayudar a los demás a vivir de un modo más digno y de este modo descubrir que aún les queda algo por mostrar, por hacer. Al fin y al cabo Harvie tenía marcada su memoria a fuerza de lápiz en un pequeño cuaderno que llevaba con él a todos lados colgado del cuello, toda la sabiduría de una vida en algo tan endeble como el papel, como la vida humana...
** Harvie, nacido en Polonia, tiene que huír de allí ante la invasión alemana. Sin embargo ésta es una de las partes menos creíbles del film dado que el Báltico era un mar bloqueado por los alemanes ya en 1939 y, por lo tanto, era imposible cualquier tipo de huída por vía marítima a Australia. Sí hubo refugiados que marcharon al este y otros que trataron de alcanzar Rumanía, pero no más allá de eso. En cualquier caso la idea es mostrar la capacidad adaptativa del ser humano, incluso uno con las limitaciones de Harvie, y la necesidad de saber sobreponerse al pasado y sus traumas.
*** Los ahí que ya no encuentran más que hacer en la vida si no languidecer a la espera del fin de sus días sumidos en el más profundo sufrimiento (la pobre anciana enferma de cáncer terminal, completamente deformada por un tumor) y otros que pueden ayudar a los demás a vivir de un modo más digno y de este modo descubrir que aún les queda algo por mostrar, por hacer. Al fin y al cabo Harvie tenía marcada su memoria a fuerza de lápiz en un pequeño cuaderno que llevaba con él a todos lados colgado del cuello, toda la sabiduría de una vida en algo tan endeble como el papel, como la vida humana...