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Voto de davilochi:
9
Drama Nelu trabaja de guarda de seguridad en un supermercado y vive en una granja en Salonta, pueblo fronterizo entre Rumanía y Hungría. Aficionado a la pesca en sus ratos libres, se convierte en "pescador de hombres" cuando un turco que intenta llegar a Alemania se cruza en su camino. Aunque ninguno de los dos habla el idioma del otro, esta extraña pareja de amigos conseguirá comunicarse gracias a una única palabra compartida "morgen" (mañana). (FILMAFFINITY) [+]
22 de junio de 2011
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí otro fantástico ejemplo del nuevo cine rumano que, cámara en mano, con muchas escenas de cotidianeidad de los protagonistas y pocos diálogos consigue un acercamiento crudo y fiel a la realidad, en este caso a la de la inmigración ilegal que atraviesa Europa oriental con destino a Occidente. El cine del este ha dejado magníficos ejemplos de la porosidad de sus fronteras, mostrando a las claras lo que a todas luces se ha convertido en un fenómeno definitorio de este nuevo siglo: a la eslovena "Piezas de recambio" o la croata "Melon Route" se une esta magnífica "Morgen", si bien todas ellas aportan cosas interesantes. En este caso nos encontramos con el debut de un joven director rumano, Marian Crisan, que, como digo demuestra una vez más la consolidación de la apuesta rumana por un cine de calidad con carácter propio y con una preocupación centrada en problemas sociales. En este sentido podría decirse que enlaza con la mejor tradición del cine europeo, en la que estarían ilustres como el griego Costa-Gavras.

El tema de la inmigración, sea legal o ilegal, ha levantado ampollas allá donde se ha venido dando el fenómeno con un carácter de proporciones considerables. Partiendo de una consideración de base habría que decir que uno de los problemas fundamentales, tal y como se observa en la película, es la percepción de mucha gente corriente de que el territorio nacional es patrimonio exclusivo de aquellos nacidos en éste y con determinadas características físico-culturales. A partir de este punto toda percepción en torno al asunto se envenena. Sea como fuere, el oxidado y desvencijado paso fronterizo entre Hungría y Rumanía a la altura de Salonta demuestra varias cosas: en primer lugar la gran cantidad de situaciones absurdas que se derivan de la existencia de eso que llamamos fronteras y, como consecuencia de ello, la obsolescencia de esta construcción política que, no obstante, tiene vida para rato, tal y como ha demostrado Francia con su deseo de revisar Schengen.

No voy a ser yo quien me posicione ante el problema de la inmigración ilegal, porque soy consciente de que ni es el lugar ni merecería la pena, dado su complicación. Lo verdaderamente interesante es ver la película libre de prejuicios y formarse un juicio, porque creo que es una de las cosas que el film de Crisan permite hacer. No hay sentimentalismos: es la realidad vista desde la perspectiva de alguien que, se nota, ha estudiado a fondo el asunto.

Rumanía es un país de tránsito para los inmigrantes con destino a Europa occidental, lo cual no es óbice para que nos encontremos con actitudes xenófobas a lo largo de la película. El nacionalismo es un problema que, por lo general, aqueja de un modo particularmente grave a los países de Europa oriental, su traumático legado histórico y el modo en que se han construido los relatos nacionales ha contribuido a ello.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
davilochi
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