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Voto de davilochi:
10
Drama. Bélico. Intriga Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Leo Kessler, un joven americano de origen alemán, se traslada a Alemania para trabajar con su tío en una compañía de ferrocarriles. Su trabajo le permitirá viajar, fascinado, por un país destruido por la guerra; pero también tendrá que enfrentarse poco a poco a los horrores de la barbarie nazi. (FILMAFFINITY)
10 de mayo de 2011
67 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ni qué decir tiene que "Europa" es una de las mejores reflexiones cinematográficas en torno a lo ocurrido en nuestro continente entre 1933 y 1945, el trabajo de documentación realizado por el director para la realización de la obra es bastísimo y su sintetización bien madurada, a la altura de los grandes debates historiográficos de las décadas precedentes. Tras el trabajo de Lars von Trier son reconocibles las tesis de algunos sociólogos, historiadores y literatos como Zygmunt Bauman, Geoff Eley, Robert Gellatelly o Cesare Pavese, también son reconocibles los homenajes estilístico-temáticos a los cineastas alemanes de Weimar como Murnau o Fritz Lang. El montaje es trepidante, una trabajo para el recuerdo de los más selectos paladares; la mayor parte de los planos algo simplemente exquisito; la voz en off de Max von Sydow un placer para los sentidos; el traqueteo de los trenes a su paso por las vías alemanas: pura angustia sin cortar. De hecho no sería extraño que Costa-Gavras tomara algunas ideas del danés para la realización de "Amen".

Leo Kessler, estadounidense de ascendencia alemana y de apellido sospechosamente judío, decide cerrar el círculo familiar volviendo a la que fuera patria de sus padres. Bajo la sugestiva voz de Max von Sydow se realiza un auténtico ejercicio de hipnosis por el cual el espectador es sumergido de golpe en la crueldad despiadada de la posguerra europea, concretamente en Alemania. Estamos ante un auténtico viaje psicoanalítico a través de la conciencia de Europa en el que, como digo, no sólo se embarca Leo Kessler, sino también el propio espectador, al cual se trata de retrotraer al pasado en un intento por mostrar lo que un día fuimos.

En realidad el protagonista va a ser un intermediario del espectador. Como cicerone de esta visita por el museo de los horrores un tío del protagonista encargado del servicio de revisores de un tren dormitorio; la ruta: el sistema ferroviario alemán que se recupera a duras penas después del devastador conflicto. El joven va a seguir los pasos del hermano de su padre, creyendo que puede contribuir a la gestación de un mundo mejor a través de su trabajo en los trenes. Nada más lejos de la realidad. Su trabajo como revisor se va a convertir en un infierno donde podrá contemplar el terror en su forma más extrema, mostrando no sólo el drama de alguien procedente de una cultura externa (la estadounidense) incapaz de comprender lo ocurrido en Europa, sino también de aquellos que pretenden sostener una posición neutral ante los conflictos que se desatan a su alrededor. Como Cesare Pavese mostró en "La casa en la colina", a veces los que más sufren son aquellos situados en una zona gris, entre los que ven las cosas blancas o negras.

El símbolo del tren es omnipresente: un tren que constantemente viaja sin un rumbo claro que, como dice el tío de Leo, uno no sabe muy bien si avanza y retrocede.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
davilochi
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