La segunda parte de Grindhouse es un crudo homenaje bien merecido al cine de explotación que revive la esencia de aquellas películas que ganaron un seguimiento de culto. Planet Terror ofrece una combinación de acción, horror, gore y algunos momentos de humor negro. Robert Rodríguez logró crear una película que toma algunos elementos de algunos subgéneros del cine de explotación, uniéndolos en una sola película. Cuenta con un buen elenco interpretando personajes que poseen ciertos caracteres y personalidades que son evidentes en una película de Robert Rodríguez. Wray es un personaje con un pasado que no se explica, pero existen algunos guiños e indirectas. Cherry es una ruda y bella stripper con un concepto original y lo mejor en la carrera de Rose McGowan. Josh Brolin como Doc Block es un personaje bastante escabroso. Bruce Willis incluso demostró tener carisma para ser un antagonista de cine de terror, aunque conservando su apariencia de hombre de acción. No hay que olvidar la participación del artista de efectos especiales Tom Savini. El guion no busca ser perfecto, sino ofrecer una agresiva y entretenida historia de zombis al estilo de las obras de culto que el cine de explotación y el cine de bajo presupuesto nos han traído. Gran parte de los efectos especiales son prácticos, con grotescos zombis y escenas gores muy bien ejecutadas por parte del asombro duo Gregory Nicotero y Howard Berger. Los efectos digitales mucho no se usan hasta la mitad de la película, permitiendo disfrutar de toda la sangre y las explosiones montadas. La banda sonora tiene un extraordinario ambiente que mezcla el terror con la acción y llega a sentirse muy retro como la música electrónica que muy comúnmente se utilizaba en el cine de terror de los años 70 y 80. Lograron hacer que la película realmente parezca un producto de serie B no solo por el balance de efectos prácticos y CGI, sino por la edición, dándole un aspecto de película vieja. Eso hace que realmente parezca una película que fue rodada en los años 70 u 80. Planet Terror es una película placentera para los amantes del cine gore, el cine de explotación o el cine de serie B. Una película de explotación moderna que respeta la esencia las películas grindhouse y merece ser una obra de culto. Mi calificación final para esta película es un 9/10.