Esta película es sencillamente brillante. Es todo un logro que una serenata de guarrerías, insultos, tetas, vaginas, sexo, fiestas y discursos descontrolados y emocionantes logren sostener tres horas de duración y un plantel interesantísimo sin perder un ápice de intensidad ni frescura. Y es que hayas visto lo que hayas visto de esta película antes de entrar a la sala de cine, no te preocupes por ello. Sólo diré que en los anuncios no se ve absolutamente nada de lo mejor de la película. Es puntazo tras puntazo. Escena tras escena. Chiste tras chiste. Así avanza la trama y la historia. ¡Pero qué historia!. A ritmo de una banda sonora brillante y de una interpretación inolvidable por parte de DiCaprio (la mejor de su carrera, nació para este papel), la película se revela como una apuesta segura y todo un entretenimiento todoterreno.
No esperes a disfrutarla en todo su esplendor.

"Véndeme este bolígrafo".