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España España · Barcelona
Voto de Ulher:
6
Thriller. Intriga Tom Selznick (Elijah Wood), un joven y talentoso pianista que reaparece ante el público tras una breve retirada por miedo escénico, se sienta al piano y se encuentra una nota amenazadora, en la que se le conmina a ejecutar el mejor concierto de su vida si quiere salvar su vida y la de su esposa. (FILMAFFINITY)
12 de octubre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sobrado de ironía, Rodrigo Cortés (productor de Grand Piano) tildaba de innecesaria la realización de la cinta en la presentación. Prevenía al público para que echaran por tierra cualquier aproximación con la verdad y, citando a Hitchcock, dejó claro que algunos films son trozos de vida, mientras que otros, señalando a la película, son trozos de pastel. Con este mensaje de escasa contribución, suenan los primeros acordes de Grand Piano. Como si se tratara de una pieza exquisita, sus primeros pasos son pausados. Una presentación de personajes sin mayor pretensión que la requerida en un ritmo suave y al que se hecha en falta cierto impacto. Aún así se atisba un trabajo de cámara correcto sin llegar al virtuosismo que muchos quieren ver.

Grand Piano se presenta tal y como es. Sin vueltas de tuerca, ni artificios. Sin metáforas ni dobles sentidos. Narra un crítico día en la vida de Tom, un famoso pianista con un pronunciado miedo escénico desde hace varios años. Ahora debe enfrentarse al concierto más decisivo y superar su fobia. Pero lo que Tom desconoce es que ese temor por fallar ante los asistentes se agrabará aún más cuando reciba una seria amenaza por parte de un descerebrado que se halla entre el público.

El segundo acto con el agudo de la nota SI llena la platea del interés tanteado en su primera parte. Sin embargo es tan prolongado el efecto de esa nota, sin variaciones, y un texto reiterativo, que contrarrestan el atractivo de la propuesta haciendo perder el compás. Aquí es donde la película se la jugaba y aunque nunca llega a perder el timón, no genera la tensión vendida. Tal vez estemos ante un producto ya degustado en anteriores entregas. Una adrenalina ya consumida. Tal vez no sea cuestión de cantidad sino de saberse administrar la dosis adecuada.

Técnicamente no estamos tampoco ante un producto impoluto ni original. Si bien cuenta con una banda sonora omnipresente, en ningún momento se convierte en protagonista, cuando era un recurso puesto en bandeja. Eugenio Mira sabe mover cámaras con una elegancia solvente, eso es incuestionable, y aún así las evidentes referencias a Hitchcock o Brian de Palma se advierten forzadas como esa pantalla dividida que no aportan valor a la narración. La sensación percibida es que estamos ante un material ejemplar que no se ha pulido correctamente y a pesar de que el film no es un despropósito, a estas alturas no nos podemos conformar con el efectismo.

Mira, con un producto tan atractivo, no ha terminado de plasmar sobre las teclas el suspense del maestro en el que se apoya en más de una ocasión. Ese Hitchcock que tan bien queda en boca de la productora fue el que también dejó claro que "el happy end no es necesario si se tiene al público dominado" Tal vez ya no seamos fieras fáciles de dominar. Me niego a creerlo.

Para amantes del thriller con un halo clásico.

Lo mejor: su valentía para lanzarse al vacío.

Lo peor: su falta de pulso con la tensión.
Ulher
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