Media votos
6,3
Votos
133
Críticas
29
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Sus críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Julien Tormá:
7
6,0
2 557
Drama
Esta película no tiene argumento. Es más bien un aguafuerte o, quizá, uno de aquellos retratos al minuto que hacían los pintores sin talento en las calles de Madrid en torno a 1950. La capital era entonces más que nunca el rompeolas de España. Un rompeolas gris, de cartillas de racionamiento, tierno y cruel a la vez, pobre hasta en sus alegrías, convaleciente (siempre con décimas al atardecer), pero también pícaro, festivo y ... [+]
10 de diciembre de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Largo plantel de grandes, medianos y mediocres actores del cine español lo que nos ofrece Garci en este aguafuerte de vidas entrecruzadas del Madrid de 1950. Garci usa la elipsis y los silencios como un impresionista, espera quizá que su sentimiento sea trasplantado al plano del espectador, lográndolo a veces pero no siempre. No obstante, el relato intrincado y entrecruzado de diversas historias está estupendamente filmado. En esta película desfilan como una estantigua de seres extraviados de su suerte
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
el director de banco casado con una bonita esposa pero que lo que más ansía es ser cineasta, el cura que erró su camino y se enamoró de una guapa taquillera de metro que sueña con una plaza en el ministerio como secretaria, el camarero que quiere ser actor teatral y al que le gastan crueles bromas telefónicas, el torero de salón que recibe la feliz ovación en el Florida Park por un público anhelante de otras faenas y que ya no sueña siquiera con el verdadero arte en el auténtico coso, el pobrecito ordenanza del Banco Occidental de Credito y Ahorro que espera la visita de unos familiares del pueblo a los que les ha dicho siempre que él es el director; el poetastro que hilvana ripios y sueña con ganar algún juego floral, y así en fin...numerosas vidas impostadas e inauténticas como mero ejemplo de un Madrid teñido de sepia en la memoria del director que quizá vivió un Madrid que se resignó a ser (felizmente) pudiendo haber sido otra cosa (como a sus felices moradores)