Una historia normal y sencilla con unos personajes normales y sencillos: un padre con una formación superior a la de sus vecinos que quiere triunfar con sus poemas, pero que parece no ser consciente del grado de necesidad en el que vive su familia; una mujer, su esposa, que sufre resignadamente porque ella sí es consciente de la miseria en la que viven y quisiera tener otra vida, es más, ella cree que podían tener una vida mejor si el marido no estuviese en las nubes; unos hijos que viven más o menos felices, como todos los niños dentro de su inconsciencia infantil, aunque también sufren a su manera (no pueden comprar golosinas, por ejemplo) y que padecen en sus propias carnes la falta de recursos tan esenciales como las medicinas; y una abuela inolvidable, que se resiste a depender de los demás, que busca su sitio perdido en la familia y el cariño de ésta en sus últimos días.
Una historia que refleja una situación no tan alejada de la que se vivía aquí en España no hace tanto tiempo en algunos lugares, pero de la que ya, afortunadamente, no nos acordamos, pero localizada en la India y contada de una forma magistral en su sencillez. Tierna y humana la actuación de los personajes, sugerentes y plácidas las imágenes, bonita la música.
Una preciosidad de película.