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1 142
Comedia. Drama
Carlos y Margarita fueron la pareja de tango más famosa y reconocida de su época. Hoy, poco y hasta nada queda de ese esplendor, de esa pasión que los llevó a compartir, escenarios, viajes y vida... Carlos vive en Madrid, disfrutando de la segunda oportunidad que le ha dado la vida, y Margarita vive en Buenos Aires inmersa en la pobreza y el olvido, pero con el humor socarrón y canalla que siempre la ha caracterizado. Junto a su ... [+]
12 de septiembre de 2023
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué bonito cuando tiramos de eufemismos y mentiras para decir que una película (y su final) es bonita.
Y hacía tiempo que no veía una película bonita.
Corren tiempos en los que pareciera que primara el cine descarnado de:
coming of age-cuál es mi identidad sexual-espiral de adicciones.
Y no salimos de ahí.
Bueno, pues de alguna forma hay algo de eso también en Empieza el baile. Aunque sea una película de la tercera edad.
Sólo que tratado todo de una manera sosegada, sensata y equilibrada se pueden contar las cosas con los mismos ingredientes y conseguir películas diferentes. Ya tenemos que llamar diferentes a las películas bonitas. Igual es lo que toca en 2023.
Porque esta película es de 2023 y parece de otro tiempo. Pero consigue también lo que logra un cine emparentado en nacionalidad (no tanto en la forma) como el de las historias mínimas de Carlos Sorín (que por cierto ya cuenta con 78 años).
Lo raro, lo fuera de campo, lo que ya hacía Sorín era diferente. Cuando contar películas bonitas no era tan diferente. Valga la divagación.
Y valgan los eufemismos, pardiez, y que se te metan cosas por los ojos.
Y hacía tiempo que no veía una película bonita.
Corren tiempos en los que pareciera que primara el cine descarnado de:
coming of age-cuál es mi identidad sexual-espiral de adicciones.
Y no salimos de ahí.
Bueno, pues de alguna forma hay algo de eso también en Empieza el baile. Aunque sea una película de la tercera edad.
Sólo que tratado todo de una manera sosegada, sensata y equilibrada se pueden contar las cosas con los mismos ingredientes y conseguir películas diferentes. Ya tenemos que llamar diferentes a las películas bonitas. Igual es lo que toca en 2023.
Porque esta película es de 2023 y parece de otro tiempo. Pero consigue también lo que logra un cine emparentado en nacionalidad (no tanto en la forma) como el de las historias mínimas de Carlos Sorín (que por cierto ya cuenta con 78 años).
Lo raro, lo fuera de campo, lo que ya hacía Sorín era diferente. Cuando contar películas bonitas no era tan diferente. Valga la divagación.
Y valgan los eufemismos, pardiez, y que se te metan cosas por los ojos.
