Las películas catastrofistas siempre se han alimentado de nuestro miedo a una mala gestión de los recursos medioambientales que pueda acabar en que la naturaleza se rebele de las más sobrecogedoras maneras. Como si de un pasaje del APOCALIPSIS se tratase, el mundo es castigado por su osadía en intentar ser como Dios o por ser directamente unos miserables gañanes que buscan satisfacer sus ansias de poder o simplemente su bolsillo, léase el ingeniero corrupto de EL COLOSO EN LLAMAS o la cadena de despropósitos humanos en LA AVENTURA DEL POSEIDON, VOLCANO o TITANIC.

El cine americano tiene una sorprendente habilidad para plasmar en una pantalla las alertas de devastación más asombrosas; DEEP IMPACT, EL DIA DESPUES DE MAÑANA, ARMAGGEDON, 2012 y otras muchas, siguen un patrón similar; una alerta global, la unión de todas las naciones para luchar contra la amenaza y bajo el liderazgo del presidente de los Estados Unidos lógicamente; ya que ponen el dinero, se tendrán que llevar el éxito de la operación; ¿O no?

GEOSTORM no solo va de eso, sino que se permite el lujo, en menos de dos horas, de montar una trama conspirativa paralela que logra llegar al final a la par que la amenaza global, todo un despliegue de ingenio made in USA, oigan; persecuciones enloquecidas, ritmo trepidante, accidentes espaciales, agentes secretos, científicos corruptos, Moscú en llamas, Dubai engullida por un descomunal tsunami o Hong Kong sumida en un caos de gigantescas proporciones, son solo parte de un festín que se permite incluso contar con dos historias humanas de amor y redención. Puro cine de evasión y palomitas ¿Alguien da más?