Si, ya sé que es una aproximación un tanto absurda, o no, según se mire, pero lo cierto es que me ha venido varias veces a la cabeza la melodía de ”Heidi” durante el pase de la que es segunda parte de “Train to Busan”, que por cierto aún no he visto. Estoy convencido de que en cuanto la veáis os vais a acordar de lo que digo, e igual no os llega a parecer tan descabellada la comparación.

Estamos ante una película de zombis que se parece bastante a "Zombieland" pero en Corea y bastante menos canalla que aquella. Ya sabemos como se toman en oriente los códigos de honor y la devoción fervorosa a la institución que representa la familia; tradicional, claro está, aunque en esta cinta esa admiración procure los momentos más ridículos y prescindibles de la misma.

No voy a negar que empieza bien y promete mucho, pero pronto toma una vía confusa entre la risa, el llanto, el miedo y la acción que la aleja de su objetivo para convertirse en un producto mediocre, no lo vamos a negar, pero que puede llegar a resultar vistoso y entretenido en una tarde cualquiera de primavera.