Con poco de positivo transcurre esta nueva pelicula de Luc Besson que solo, eso si hay que reconocerlo, mantiene la atención del espectador por sus escenas de acción que están bien construidas pero dentro de un argumento imposible de digerir y de analizar desde ningún aspecto. La trama es como una joven (la insulsa Sasha Luss) es una temida asesina sin piedad que se esconde bajo el anonimato de un trabajo como modelo, así con idas y vueltas, con pequeños giros argumentales se va desarrollando un filme que no pasará de la medianía y en donde lo único verdaderamente destacable es la actuación de la siempre eficiente Helen Mirren que realza el film dando un valor extra al mismo.