Debo decir que hay unas buenas actuaciones en general comenzando por el pequeño Jacob Tremblay como un niño que nació con una serie deformaciones en la cara, como sus padres encontramos a Julia Roberts como la abnegada madre que deja todo de lado por su hijo, no solo lo personal, sino también en el aspecto familiar y a Owen Wilson, quien no me agrada demasiado, pero debo decir que aquí cumple, quizás adecuándose correctamente a su papel de secundario, a la sombra de Roberts, como un padre que intenta sobreponerse a los problemas y acompañar a su hijo en lo que puede. La vida del niño comienza a complicarse cuando debe empezar la escuela lo que conlleva a convivir con otros niños y exponerse a algo que siempre ocultó detrás de un casco espacial. Allí veremos como son las cosas y el paso del sufrimiento a la aceptación con sus pares. Hasta aquí todo bien, aunque no creo que en la vida real sea como lo pinta la película, en donde todo es de negro a blanco, no creo que más allá de los adelantos de todo tipo que han sufrido las distintas sociedades, la total aceptación de un niño así sea posible. Es por esto que el film, mas allá de las buenas intenciones que evidentemente tiene,no me terminó de convencer, nunca he visto una película de este tipo que sea real y por sobre todo que termine sin ese color de rosa que no existe. Más allá de lo dicho merece verse al menos para imaginar un mundo mas inclusivo.