Ya de antemano sabemos algunas cosas de Ridley Scott que es un realizador de películas grandilocuentes (Alíen, Gladiador, Blade Runner, entre otras) que al menos merece que uno la vea y después uno puede tomarse la licencia de compartir o no la visión de este prestigioso director. Aquí el film se centra en la relación de Napoleón con Josefina y así provoca que casi todos los personajes a su alrededor pierden eficacia e importancia, el guion alterna secuencias de ese vínculo con las distintas batallas y epopeyas del héroe francés. Nos muestra a un Napoleón visiblemente con una doble personalidad, una avasallante, intocable, admirada por sus subalternos, con una capacidad de estrategia para la batalla brillante y otra en la intimidad muy inseguro, retraído, tímido e indeciso. Es una pena que Scott no ahondara un poco mas en otros personajes y solo se ciñera en los dos principales. Dentro de las actuaciones esta realmente muy bien un Joaquín Phoenix que poco a poco se va encasillando en personajes tortuosos, introvertidos y con muchos problemas internos por resolver, también esta correcta Vanessa Kirby como Josefina, aquí Scott fue benévolo con ella y en esa relación amor- odio solo nos permite ver que tuvo un solo amante cuando en la realidad fueran muchos, especialmente por la insatisfacción que le producía Napoleón. En síntesis si queremos conocer mas a fondo la vida de este líder, estratega y visionario francés seguramente hay documentales más ceñidos a la realidad que esto, pero si queremos pasar y momento agradable (los 158 minutos para nada se hacen largos) y de paso ver que postura tiene del tema Scott es para ver.