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España España · Madrid
Voto de Alvaro3:
1
Drama Al morir sus padres adoptivos, Hortense, una joven negra que vive en Londres, siente la necesidad de conocer a su madre biológica, la cual la dio en adopción nada más nacer. Cuando por fin la encuentra, resulta ser una mujer soltera que trabaja en una fábrica. (FILMAFFINITY)
22 de febrero de 2010
30 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encantan este tipo de películas. Con ellas calibro con bastante exactitud mi afinidad o discrepancia cinéfila cuando hablo de cine con desconocidos. Si mi interlocutor considera a esta película una “obra maestra” es muy probable que discrepemos en nuestros gustos cinéfilos en general. Y viceversa: coincidiré seguramente con aquellos a los que esta película les parezca lo que a mi: una enorme castaña pilonga de inexplicable éxito crítico.

Es un folletín “culebronesco” de paupérrimo nivel. Dos nudos argumentales principales, por un lado, la relación de la chica negra con su madre biológica y un segundo conflicto emocional del que hablo en el spoiler.

Lo de chica- negra- busca- madre- biológica blanca ya estaba en “Imitación a la vida” de Douglas Sirk pero, lo que en aquel resultaba un melodrama que “tenia un pase” por su sofisticado puesta en escena y por que es un cine con los excesos propios de la epoca en “Secretos y mentiras” resulta un producto de una sonrojante simpleza en su guión amén de la ausencia de verosimilitud

En la película abundan escenas muy tontas. Citemos dos:

1. Charla de la madre y la hija en la cafetería. Una cámara estática con pretensiones bergmanianas nos atiza 10 minutos (que a mi se me hicieron 30) de banal y soporífera conversación. Evitando el esfuerzo de rodar en plano-contraplano o en mala imitación del sueco coloca a los dos personajes muy apretaditas en el mismo lado de la mesa (el resto de los mortales comen, si van en pareja, a ambos lados de la mesa).

2. La escena de la barbacoa. Duración aproximada: 15 minutos. Debe tratarse de un experimento sociológico, al igual que Gran Hermano, si bien en el concurso se pronuncian sentencias de mayor altura intelectual que con las que nos deleita el guión. Aunque no lo parezca frases como “¿De qué clase prefieres la mostaza?” o “Pásame un poco más el bistec” se concentra gran parte de la filosofía postmoderna. Leigh reinventa aquí el neorrealismo.

Las interpretaciones a la altura del guión. Véanse las muecas a lo Lina Morgan que dedica (en una muestra de precoz familiaridad) la hija a su madre en el restaurante y los insufribles y ridículos “tesoooooroooo!!!, “caaaariiiiinoooooo!!! que en justa contraprestación le expele la madre a su hija (o dicho sea de paso a cualquier interlocutor que se le ponga a tiro por que en sus demostraciones de cariño la buena señora no hace distingos). Lo del “cariño” y “tesoro” pronunciado sin tino a lo largo de toda la película es una de las memeces más irritantes que he visto en años.

Rescato de una enciclopedia de directores esta perla del Director de semejante truño “Prefiero clavarme agujas en los ojos a triunfar en Hollywood”. Pues nada, persevere Ud. con las agujas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alvaro3
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