Bella historia con una fotografía sobresaliente. Mantiene el encanto por varios motivos que enumeraré que eluden la inapropiada banda sonora y algunos que otros defectos formales que le bajan notablemente la media.

- Storato, Storaro, Storaro. Vittorio para los amigos.
- El encanto de Broderick, la belleza de la Pfeiffer, el carisma de Rutger Hauer y el buen secundario Leo McKern.
- El romanticismo de la historia inunda la pantalla y florece en el desenlace.
- Los bellos paisajes bien encuadrados.
- Las espadas, los lobos, las flechas y las nieves.
- Un director que siempre tuvo a la ley de la gravedad como una de sus aliadas. Se podría enumerar en todas las películas de Richard Donner cuantos vuelos y saltos al vacío hay. Algo que controla tanto como su buen pulso para contar historias.