Durante muchos años pensé que no existía aquella película que emitían cada año en TVE cuando llegaban las navidades. Pensaba que era fruto de mi imaginación pues parecía completamente olvidada hasta que llegó su secuela de Tim Burton. No por eso continúa siendo una película difícil de conseguir, pues lleva años descatalogada y parece que todos los programadores se han olvidado de ella.
Por muchos aspectos es entrañable, y vista a día de hoy, aunque tiene momentos pasados de vueltas, completamente sesenteros, el desarrollo de la trama y sus protagonistas me parecen más competentes que el que nos ofreció Tim Burton.
Lo peor: sus pocos momentos musicales.
Lo mejor: mi reconciliación con Gene Wilder.

Especialmente recomendable su doblaje original lleno de voces en castellano para el recuerdo.