Federico Moccia. Ese hombre que ha demostrado que arrejuntando cuatro palabras y dándoles la textura más vacía y pomposa posible puedes convertirte en autor de best-seller. La película sobre su obra te lleva desde el primer minuto a una vorágine de basura cinematográfica que pasaré a detallar :

'H', Hache. Héroe. Já. No he visto personaje más caricaturesco en mucho tiempo. Este pseudo James Dean, viniendo de un entorno problemático, se encandila de una chica de entorno pijo-agradable... no enumeraré la cantidad de películas que hay de esta temática, pero de todas las que he visto esta es sin duda la menos creíble. Nadie se puede creer que este chimpancé con chupa de cuero, que lo único que sabe hacer es atizar a todo lo que tiene alrededor, conquiste a una pijaza a la que le jode la existencia.

Las incontables veces que Mario Casas se quita la camiseta (no os preocupéis, yo también me he mojado chicas) hace ver que el guionista/director es bastante astuto a nivel de marketing, pues son escenas que adora el público al que va dirigido (preadolescentes con el mismo número de neuronas que de escenas con un mínimo de interés en esta película). Eso sí, su torso tiene más registros que su cara.

La gracia y dulzura que tenía María Valverde en 'La flaqueza del bolchevique' desaparece por completo, quizá para corresponder al ínfimo nivel interpretativo de la película.

Las escenas son previsibles a más no poder. Particular a detallar cuando nuestro 'Héroe' se lleva a la pijita a la casa con la que soñaba de niña... hay que ver lo que hace el macho alfa para poner su himen 3 metros sobre el cielo.

Que esta película sea la más taquillera del 2010 me dan ganas de tomar cicuta y ver si nazco en otra época. Pero bueno, ¿qué se puede esperar de todas estas mojabragas que esperan que Stephenie Meyer gane el Pullitzer?