No hay ni un personaje masculino que se salve. Los nuevos enemigos universales no son los nazis, somos los hombres. Esa corriente que inunda el cine, en parte con razón, aquí está en lo alto. Supongo que Pakistán debe ser bastante así, lo cual, juntamente con el deprimente paisaje (hasta la supuesta playa paradisíaca da bastante asquito) hace que se me quiten las ganas de aconsejar viajar allá a mi hija.
La peli es lenta. Innecesariamente lenta. Y se pierde formalmente conforme avanza transitando entre el género thriller, social y algo de terror (muy poco). Además la resolución no la entendí o no está muy bien explicada. Se salva que está bien ver otras realidades, especialmente para apreciar cosas que aquí tenemos y que no están en todas partes. Y que es una ópera prima. Animo a su directora a seguir.