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Voto de irian hallstatt:
8
Drama. Fantástico El dolor que siente un fotógrafo tras la desaparición de su joven amada y su necesidad de encontrar respuestas, lo lleva a interesarse por el "Más Allá". Cuando una mujer misteriosa le muestra una fotografía en la que aparecen hadas, la sigue hasta un pequeño pueblo. (FILMAFFINITY)
26 de marzo de 2008
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
* Pese al elemento fantástico, el tema de las haditas, los estados alterados de conciencia, etc, “Fotografiando Hadas” es un drama en toda regla, que podría escorarse hacia regiones de ensueño e infantiles, pero que avanza siempre ebria del dolor, el resentimiento, la pesadumbre, y más tarde del delirio y la obsesión de un protagonista incapaz de reintegrarse a la vida y reconciliarse con el mundo, ciego ante la realidad de los respectivos problemas, sinsabores, pero también goces y serenidad del resto de la gente, y cerrado a todo aquello que podría desviarlo del rumbo tomado, por estar salvajemente desencantado, por sentimientos de culpa, resentimiento, o por evitar posibles desengaños. Y cuando una esquirla de fantasía abre brecha de esperanza en el ciclópeo muro que “protege” a Charles Castle (el protagonista), esa mosquita muerta relegada al fondo de la caja de Pandora hurga tanto en él que acaba devorándolo. Se hace añicos la fachada que él creía una defensa contra las fútiles ilusiones, contra la credulidad, eran tales sus ansias de calmar su dolor, de encontrar un paliativo, y tan ligado este a la figura de su esposa que una mota de lo que cree esperanza justificada desboca su mente, lo abruma, y arrasa lo arruinado. Demasiada manía para un ser desconsolado.

* El personaje de Charles Castle está perfectamente caracterizado y tiene una gran fuerza, mientras que el resto andan ahí para servir de marco al desarrollo de este personaje, según yo lo veo.

* Aunque hacia el final la película se vuelva algo sensiblera, no llega a pecar del todo de empalagosa. El relato se va encauzando diestramente hacia ese final, así como la evolución de los personajes, y aunque dicho final sea algo cándido, ni este, ni la belleza de las imágenes, ni muchos pasajes de gran lirismo merman la carga dramática ni el tono amargo.

* En ese mismo año aparece otra producción británica, “Un Cuento de Hadas”, con las mismas ideas de base –y de supuestos hechos reales- que “Fotografiando Hadas”, pero que tiene un tono muchísimo más amable e infantil, sin la elegancia, sutileza, y por supuesto el ligero tenebrismo de esta: un drama psicológico en clave de hiriente y misteriosa fantasía; o al revés. ¿La esperanza es lo último que se pierde? Habría que preguntar a Charles Castle.
irian hallstatt
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