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España España · Somewhere
Voto de Edu dSada:
4
Thriller. Drama. Intriga 15 años después de la Segunda Guerra Mundial, un equipo de agentes secretos se reúne para rastrear a Adolf Eichmann, el infame arquitecto nazi del Holocausto, que había escapado de la justicia tras la guerra. (FILMAFFINITY)
3 de noviembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguro que han visto, en esos refritos de vídeos antiguos, imágenes de un delantero fallando un gol cantado delante de la portería rival. La voz del narrador suele encargarse de acentuar el dramatismo del patinazo. Algunas de las ocasiones son tan claras que la carrera del futbolista queda marcada por ese error. Exceso de confianza, demasiadas opciones, falta de temple… cada cagada tiene su motivo, pero lo que está claro es que cuando la gloria se desvanece el aroma de vergüenza que queda flotando en el ambiente es difícil de emplumárselo a otro.

Alguien pensará, ¿todo este preámbulo para decir que Operación Final es un truño de cuidado? Bueno, es que la película tiene más delito que habernos hecho perder dos horas de nuestra vida. Era una historia con posibilidades. Podría haberse tirado por el camino de la acción pura y dura y haber salido un trabajo digno. La opción de la confrontación psicológica entre verdugos y victimas también podría haber alcanzado un buen puerto. Incluso, aunque hubiese seguido con rigor la senda meramente histórica, se hubiera conseguido una cinta respetable. Pero la indecisión y mal gusto de los señores Orton (guionista) y Weitz (director) han parido un producto al que difícilmente se le pueda catalogar como película, en el sentido bueno de la palabra.

A la historia, como ya he adelantado, se le apagaron las luces al pisar área. La cantidad de caminos por los que podría haber avanzado el argumento ha abrumado al guionista que, a la tercera escena, ya solo espera que alguien de su esquina tire de una vez la toalla. El miedo a equivocarse que tiene el escritor se condensa de cada línea del guion y eso ya no hay director que lo seque. Lo más honrado que podría haber hecho Weitz es haber tirado de dignidad y dejar que otro se bebiese ese cáliz; aunque el estómago y la cuenta no hacen buenas migas con los remilgos idealistas y eso hay que respetarlo.

El resto de la producción ya es un hondar en la herida sin miramientos. Parece más un sabotaje o una venganza grupal que un intento serio de hacer una película. ¿Ejemplos? El protagonista es un George Clooney de Aliexpress totalmente prescindible que podría ser sustituido por un gato de escayola en cada fotograma sin que nadie se diese cuenta. El resto de compinches también son intercambiables por cualquier objeto inanimado que tenga usted a mano. Y luego llegamos a Ben Kingsley y sus contornos. Por contornos me refiero al niñ@ de seis años encargado de maquillar al Eichmann de retirada, así como al creador del guiñol del Eichmann nazi a tiempo completo. Si esto del cine no le sale a cuenta al maestro del látex seguro que encuentra su sitio en algún museo de cera desde el que seguir tomándonos el pelo.

Pero vayamos al turrón. ¿Era necesario contar con Ben Kingsley para esta película? No ha sido ni bueno para él ni para la producción. ¿No era mejor buscar un actor con parecido a Eichmann al que no hubiera que dedicarle cuatro horas de maquillaje cada mañana antes de rodar? ¿Y qué ha ganado sir Kingsley con participar en este proyecto de fin de curso que ha subvencionado la Metro? Un tío con su pegada cinematográfica deforestando su legado como ya hicieron otros infames pirómanos como son Robert De Niro, Morgan Freeman y Tommy Lee Jones.

¿Pero la veo o no la veo? Mi consejo es que si a los que hicieron esta película no les importó una mierda el resultado no veo motivo para que tú malgaste tu tiempo viéndola.
Edu dSada
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