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Ciencia ficción. Fantástico. Acción
El todopoderoso Thanos ha despertado con la promesa de arrasar con todo a su paso, portando el Guantelete del Infinito, que le confiere un poder incalculable. Los únicos capaces de pararle los pies son los Vengadores y el resto de superhéroes de la galaxia, que deberán estar dispuestos a sacrificarlo todo por un bien mayor. Capitán América e Ironman deberán limar sus diferencias, Black Panther apoyará con sus tropas desde Wakanda, Thor ... [+]
25 de mayo de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine es espectáculo. Georges Méliès bien lo sabía hace más de 100 años. Y Los Vengadores: Infinity War es espectáculo. Un espectáculo apabullante a una escala nunca vista en el cine de superhéroes. El máximo exponente del cine palomitero (que nadie lo entienda como algo negativo), pues es al blockbuster lo que una ópera de Wagner a la música.
Infinity War es una epopeya descomunal de proporciones cósmicas en la que finalmente convergen (casi) todas las líneas argumentales del Marvel Cinematic Universe (MCU). La culminación de una obra de 10 años y 19 películas (no todas buenas). Más de 38 horas de metraje para un proyecto enorme, bien hilvanado y relativamente bien cohesionado (de una película a otra siempre hay detalles pillados por los pelos), con más de 20 superhéroes y superheroínas.
Aclaro desde ya que Infinity War no llega como algo completamente fresco o revolucionario en un género que está muy explotado. Simplemente, los hermanos Russo y Marvel Studios cogen todo lo que han hecho, lo juntan en una película y lo llevan un paso más allá. Es más grande, con más personajes, más tramas, más acción, más espectacularidad y más drama. Y por eso, aunque es evidente que en el cine "más grande" no significa "mejor" y prueba de ello son muchas secuelas flojas y remakes decepcionantes, es difícil no rendirse ante semejante espectáculo.
Obviamente, quien no esté familiarizado con las películas que la preceden (18, nada menos, de las que sólo Ant-Man no sería relevante para lo que ocurre en esta) terminará perdiéndose con tanto personaje, lugar y nombre, porque Infinity War depende casi por completo de las entregas anteriores. A estas alturas el fandom es lo bastante extenso como para permitirse hacer una película sólo para fans. Ese era el plan de Kevin Feige cuando fundó Marvel Studios como una productora independiente con la intención de crear un universo compartido en el cine (una idea arriesgada en su día que ha terminado en un rotundo éxito comercial). Feige es el encargado de orquestar todo el plan y de mantener la coherencia en el MCU, aunque siempre me ha parecido que hay tramas y personajes en algunas películas que tienen un encaje algo complicado en el conjunto de este universo, como, Dormamu y Hela, y los distintos modelos cósmicos que aparecen en Thor, Guardianes de la Galaxia y Doctor Strange, cuyas supuestas compatibilidades nunca se han explorado en el cine (ni siquiera ahora que estas historias se han terminado cruzando).
He dicho que Infinity War tiene más de todo, pero eso no es cierto en lo que a humor se refiere si la comparamos con las entregas de Guardianes de la Galaxia. Sin embargo, se las han apañado para meter bastante (es ya la marca de la casa) y es meritorio cómo lo han combinado con tanta escena trágica en una sola película sin que comedia y drama se estorben. Afortunadamente, y a diferencia de Thor: Ragnarok, los chistes se los dejan principalmente a quienes les corresponde: Stark y los Guardianes (Rocket y Drax protagonizan sendos momentazos cómicos). En este sentido, es curioso cómo cada personaje se mantiene en su línea, aunque los tonos de las películas de las que proceden sean radicalmente diferentes; y es particularmente loable en el caso de los Guardianes que directamente parecen estar en una de sus películas (James Gunn ha contribuido a ello escribiendo sus diálogos), pero sin quedar fuera de lugar.
Por otra parte, Infinity War es también el arco argumental más importante del MCU desde la primera de los Vengadores (sí, mucho más que Civil War, cuyo conflicto apenas se aborda). De entrada, la película comienza destrozando los finales felices (más o menos felices) de varias entregas previas, llegando a matar a dos personajes importantes en los primeros minutos y eliminando un mundo entero fuera de pantalla.
Puesto que se da por sentado el conocimiento de la mitología del MCU, no hay presentaciones para los héroes y heroínas: ya los conocemos bien de las anteriores películas, lo que no quiere decir que todos hayan sido bien definidos (por ejemplo la Bruja Escarlata y Visión, y es una pena, porque parecen interesantes). Es encomiable el hecho de que una veintena de personajes tengan sus momentos y experimenten algún tipo de desarrollo y sus respectivas subtramas avancen en algún sentido. En particular me agrada lo que han hecho con Thor, después de la ligera decepción que supuso Thor: Ragnarok. El resto del elenco también está ya presentado, salvo los enemigos (aunque el principal ha sido introducido con menciones y pequeñas apariciones desde Los Vengadores) y una suerte de herrero que realiza una aparición tan breve como inolvidable, interpretado por el carismático Peter Dinklage.
Y luego está Thanos. Si los villanos del MCU son siempre estereotipos vacíos completamente olvidables (con notorias excepciones como Loki y el Buitre), el titán Thanos se perfila desde sus primeros segundos en Infinity War como uno de los mejores villanos del cine de superhéroes, la space opera y la fantasía moderna, además de uno de los puntos fuertes de esta película. Un sujeto que lleva eso de "el fin justifica los medios" al límite y, conociendo los efectos que tuvo de la superpoblación y la sobreexplotación de los recursos naturales en su planeta de origen (Titán, que en el MCU no es el satélite de Saturno), planea reducir la población a la mitad empleando las Gemas del Infinito en un intento de "salvar el universo". El argumento de Infinity War sigue los progresos de este personaje y lo convierte en el auténtico protagonista.
Desafortunadamente, sus siervos son mucho menos memorables: los Hijos de Thanos tienen la profundidad de una capa de grafeno y estéticamente parecen un grupo de malos genérico de un shōnen aún más genérico, y su ejército está compuesto de masillas desechables (eso sí, el diseño es más amenazador que el de los parademonios de Whedon en Justice League). Si hay dos "hijas" de Thanos...
(Sigue sin spoilers)
Infinity War es una epopeya descomunal de proporciones cósmicas en la que finalmente convergen (casi) todas las líneas argumentales del Marvel Cinematic Universe (MCU). La culminación de una obra de 10 años y 19 películas (no todas buenas). Más de 38 horas de metraje para un proyecto enorme, bien hilvanado y relativamente bien cohesionado (de una película a otra siempre hay detalles pillados por los pelos), con más de 20 superhéroes y superheroínas.
Aclaro desde ya que Infinity War no llega como algo completamente fresco o revolucionario en un género que está muy explotado. Simplemente, los hermanos Russo y Marvel Studios cogen todo lo que han hecho, lo juntan en una película y lo llevan un paso más allá. Es más grande, con más personajes, más tramas, más acción, más espectacularidad y más drama. Y por eso, aunque es evidente que en el cine "más grande" no significa "mejor" y prueba de ello son muchas secuelas flojas y remakes decepcionantes, es difícil no rendirse ante semejante espectáculo.
Obviamente, quien no esté familiarizado con las películas que la preceden (18, nada menos, de las que sólo Ant-Man no sería relevante para lo que ocurre en esta) terminará perdiéndose con tanto personaje, lugar y nombre, porque Infinity War depende casi por completo de las entregas anteriores. A estas alturas el fandom es lo bastante extenso como para permitirse hacer una película sólo para fans. Ese era el plan de Kevin Feige cuando fundó Marvel Studios como una productora independiente con la intención de crear un universo compartido en el cine (una idea arriesgada en su día que ha terminado en un rotundo éxito comercial). Feige es el encargado de orquestar todo el plan y de mantener la coherencia en el MCU, aunque siempre me ha parecido que hay tramas y personajes en algunas películas que tienen un encaje algo complicado en el conjunto de este universo, como, Dormamu y Hela, y los distintos modelos cósmicos que aparecen en Thor, Guardianes de la Galaxia y Doctor Strange, cuyas supuestas compatibilidades nunca se han explorado en el cine (ni siquiera ahora que estas historias se han terminado cruzando).
He dicho que Infinity War tiene más de todo, pero eso no es cierto en lo que a humor se refiere si la comparamos con las entregas de Guardianes de la Galaxia. Sin embargo, se las han apañado para meter bastante (es ya la marca de la casa) y es meritorio cómo lo han combinado con tanta escena trágica en una sola película sin que comedia y drama se estorben. Afortunadamente, y a diferencia de Thor: Ragnarok, los chistes se los dejan principalmente a quienes les corresponde: Stark y los Guardianes (Rocket y Drax protagonizan sendos momentazos cómicos). En este sentido, es curioso cómo cada personaje se mantiene en su línea, aunque los tonos de las películas de las que proceden sean radicalmente diferentes; y es particularmente loable en el caso de los Guardianes que directamente parecen estar en una de sus películas (James Gunn ha contribuido a ello escribiendo sus diálogos), pero sin quedar fuera de lugar.
Por otra parte, Infinity War es también el arco argumental más importante del MCU desde la primera de los Vengadores (sí, mucho más que Civil War, cuyo conflicto apenas se aborda). De entrada, la película comienza destrozando los finales felices (más o menos felices) de varias entregas previas, llegando a matar a dos personajes importantes en los primeros minutos y eliminando un mundo entero fuera de pantalla.
Puesto que se da por sentado el conocimiento de la mitología del MCU, no hay presentaciones para los héroes y heroínas: ya los conocemos bien de las anteriores películas, lo que no quiere decir que todos hayan sido bien definidos (por ejemplo la Bruja Escarlata y Visión, y es una pena, porque parecen interesantes). Es encomiable el hecho de que una veintena de personajes tengan sus momentos y experimenten algún tipo de desarrollo y sus respectivas subtramas avancen en algún sentido. En particular me agrada lo que han hecho con Thor, después de la ligera decepción que supuso Thor: Ragnarok. El resto del elenco también está ya presentado, salvo los enemigos (aunque el principal ha sido introducido con menciones y pequeñas apariciones desde Los Vengadores) y una suerte de herrero que realiza una aparición tan breve como inolvidable, interpretado por el carismático Peter Dinklage.
Y luego está Thanos. Si los villanos del MCU son siempre estereotipos vacíos completamente olvidables (con notorias excepciones como Loki y el Buitre), el titán Thanos se perfila desde sus primeros segundos en Infinity War como uno de los mejores villanos del cine de superhéroes, la space opera y la fantasía moderna, además de uno de los puntos fuertes de esta película. Un sujeto que lleva eso de "el fin justifica los medios" al límite y, conociendo los efectos que tuvo de la superpoblación y la sobreexplotación de los recursos naturales en su planeta de origen (Titán, que en el MCU no es el satélite de Saturno), planea reducir la población a la mitad empleando las Gemas del Infinito en un intento de "salvar el universo". El argumento de Infinity War sigue los progresos de este personaje y lo convierte en el auténtico protagonista.
Desafortunadamente, sus siervos son mucho menos memorables: los Hijos de Thanos tienen la profundidad de una capa de grafeno y estéticamente parecen un grupo de malos genérico de un shōnen aún más genérico, y su ejército está compuesto de masillas desechables (eso sí, el diseño es más amenazador que el de los parademonios de Whedon en Justice League). Si hay dos "hijas" de Thanos...
(Sigue sin spoilers)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
... que tienen algo de personalidad y carisma son las que ya conocíamos (Gamora y Nebula), y no están de su lado.
A pesar de su duración (es la película más larga del MCU hasta ahora), Infinity War tiene mejor ritmo que La Era de Ultrón o Civil War. Dos horas y media que no se hacen pesadas, pero sí extenuantes por lo abrumador de la imagen y la sobredosis de información. Argumentalmente, la película ata cabos que habían quedado sueltos desde Los Vengadores, pero durante su propio metraje quedan algunas lagunas por la falta de tiempo para las explicaciones, como el nuevo power-up de Thor (y ya van dos) y todo el rollo del hacha (es decir, ¿Groot es digno o esta va de otra manera?). Y también la prueba que se debe superar para conseguir la Gema del Alma. Cualquiera de estos momentos parece demasiado importante como para requerir más tiempo en pantalla. De igual modo, apenas se ahonda en el plan de Thanos (es decir, ¿por qué exterminar también a los organismos productores?), lo que conlleva una incoherencia argumental bastante absurda (algo que comentaré en la crítica de Endgame). Y también está el asunto del desenlace: es increíblemente impactante, pero, de acuerdo a los planes futuros de Marvel Studios, resulta obvio que lo van a tergiversar en la próxima entrega con algún giro tipo deus ex machina muy a lo Dragon Ball.
El score (la música compuesta para la película), por otra parte, suele ser otro de los puntos flojos de de Marvel (siempre que destaca algo del soundtrack son canciones preexistentes). En este caso, tenemos el icónico tema de los Vengadores, de Alan Silvestri, pero suena heroicamente sólo en tres ocasiones en toda la película y una de ellas es cuando aparece el título. La música toma el protagonismo cuando reaparece el Capitán América y en un par de momentos más, pero pasa sin pena ni gloria durante el resto de la película.
Por último, a destacar los efectos digitales, como no podría ser de otro modo cuando hay una decena de compañías de efectos visuales (entre ellas Industrial Light & Magic y Weta) trabajando en ellos. El CGI no siempre es perfecto (nunca lo es), pero es de lo mejor que puede encontrarse, especialmente en lo que a la interpretación de Thanos se refiere, y no es exagerado afirmar que, a nivel visual, el espectáculo que ofrece Infinity War en 2018 es comparable al que supuso Avatar en 2009 o El Retorno del Rey en 2003
En conclusión, no diría que es la mejor película de superhéroes de todas (no soy nada original en eso: para mí ese puesto lo sigue ocupando The Dark Knight, aunque tienen tan poco que ver que sería absurdo compararlas), ni siquiera me atrevería a decir que es la mejor del MCU (aunque no andará lejos y, por supuesto, supera a Los Vengadores 1 y 2). Pero es, sin duda, la más grande, la más espectacular y la más épica (hasta ahora). El final de este camino será la siguiente entrega de los Vengadores y después la franquicia continuará mientras sea rentable, pero, independientemente de lo que haga Marvel Studios en adelante, Infinity War quedará para siempre como un gigantesco monumento al entretenimiento; y ahora mismo podemos decir que, aún con sus altibajos, ha merecido la pena el viaje sólo por llegar hasta aquí.
Aspectos positivos: Lo dicho, es un espectáculo gigantesco que reúne las piezas que Marvel ha ido esparciendo durante un decenio en una franquicia que cuenta ya con 19 entregas en la gran pantalla. El buen manejo de un número tan enorme de personajes con identidad propia, cada uno con su historia y la forma en la que estas convergen en una sola. Thanos, un antagonista (¿protagonista?) sólido. El ritmo y la espectacularidad de toda la película y, especialmente, de las escenas de acción.
Aspectos negativos: Se echa en falta a algún personaje y nunca llegamos a ver a todos los héroes y heroínas del MCU juntos. Meter tanta subtrama en menos de tres horas deja un exceso de información comprimida e inevitables lagunas y omisiones.
Puntuación: 8
A pesar de su duración (es la película más larga del MCU hasta ahora), Infinity War tiene mejor ritmo que La Era de Ultrón o Civil War. Dos horas y media que no se hacen pesadas, pero sí extenuantes por lo abrumador de la imagen y la sobredosis de información. Argumentalmente, la película ata cabos que habían quedado sueltos desde Los Vengadores, pero durante su propio metraje quedan algunas lagunas por la falta de tiempo para las explicaciones, como el nuevo power-up de Thor (y ya van dos) y todo el rollo del hacha (es decir, ¿Groot es digno o esta va de otra manera?). Y también la prueba que se debe superar para conseguir la Gema del Alma. Cualquiera de estos momentos parece demasiado importante como para requerir más tiempo en pantalla. De igual modo, apenas se ahonda en el plan de Thanos (es decir, ¿por qué exterminar también a los organismos productores?), lo que conlleva una incoherencia argumental bastante absurda (algo que comentaré en la crítica de Endgame). Y también está el asunto del desenlace: es increíblemente impactante, pero, de acuerdo a los planes futuros de Marvel Studios, resulta obvio que lo van a tergiversar en la próxima entrega con algún giro tipo deus ex machina muy a lo Dragon Ball.
El score (la música compuesta para la película), por otra parte, suele ser otro de los puntos flojos de de Marvel (siempre que destaca algo del soundtrack son canciones preexistentes). En este caso, tenemos el icónico tema de los Vengadores, de Alan Silvestri, pero suena heroicamente sólo en tres ocasiones en toda la película y una de ellas es cuando aparece el título. La música toma el protagonismo cuando reaparece el Capitán América y en un par de momentos más, pero pasa sin pena ni gloria durante el resto de la película.
Por último, a destacar los efectos digitales, como no podría ser de otro modo cuando hay una decena de compañías de efectos visuales (entre ellas Industrial Light & Magic y Weta) trabajando en ellos. El CGI no siempre es perfecto (nunca lo es), pero es de lo mejor que puede encontrarse, especialmente en lo que a la interpretación de Thanos se refiere, y no es exagerado afirmar que, a nivel visual, el espectáculo que ofrece Infinity War en 2018 es comparable al que supuso Avatar en 2009 o El Retorno del Rey en 2003
En conclusión, no diría que es la mejor película de superhéroes de todas (no soy nada original en eso: para mí ese puesto lo sigue ocupando The Dark Knight, aunque tienen tan poco que ver que sería absurdo compararlas), ni siquiera me atrevería a decir que es la mejor del MCU (aunque no andará lejos y, por supuesto, supera a Los Vengadores 1 y 2). Pero es, sin duda, la más grande, la más espectacular y la más épica (hasta ahora). El final de este camino será la siguiente entrega de los Vengadores y después la franquicia continuará mientras sea rentable, pero, independientemente de lo que haga Marvel Studios en adelante, Infinity War quedará para siempre como un gigantesco monumento al entretenimiento; y ahora mismo podemos decir que, aún con sus altibajos, ha merecido la pena el viaje sólo por llegar hasta aquí.
Aspectos positivos: Lo dicho, es un espectáculo gigantesco que reúne las piezas que Marvel ha ido esparciendo durante un decenio en una franquicia que cuenta ya con 19 entregas en la gran pantalla. El buen manejo de un número tan enorme de personajes con identidad propia, cada uno con su historia y la forma en la que estas convergen en una sola. Thanos, un antagonista (¿protagonista?) sólido. El ritmo y la espectacularidad de toda la película y, especialmente, de las escenas de acción.
Aspectos negativos: Se echa en falta a algún personaje y nunca llegamos a ver a todos los héroes y heroínas del MCU juntos. Meter tanta subtrama en menos de tres horas deja un exceso de información comprimida e inevitables lagunas y omisiones.
Puntuación: 8