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España España · Zaragoza
Voto de Paco Ortega:
7
Drama Una aventura emocional en torno a una deslumbrante niña de once años, muy religiosa, que se enfrenta al mismo tiempo a dos acontecimientos que son completamente nuevos para ella: enamorarse y morir. 'Camino' es, sobre todo, una luz brillante capaz de atravesar todas y cada una de las tenebrosas puertas que se van cerrando ante ella, y que pretenden en vano sumir en la oscuridad su deseo de vivir, amar y sentirse definitivamente feliz. ... [+]
11 de febrero de 2009
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una buena película, pero creo que al director se le ha ido la mano en el factor emotivo: se llora demasiado.

Intuyo que el propósito era hacer una crítica, o una reflexión, sobre el tipo de moral que gastan algunos creyentes, y, en concreto, los pertenecientes al Opus Dei. Una moral que, con la excusa de que este mundo es solo un tránsito hacia el otro, manipula las conciencias, los comportamientos e incluso las muertes, a mayor gloria de dios y de quienes de una manera organizada y sectaria la practican. Si estoy en lo cierto, sobran lágrimas.

Si lo que quería era construir una película lacrimógena sobre la desdichada vida de una preadolescente, hija de una iluminada y un calzonazos, le siguen sobrando lágrimas, pero también le sobra el Opus.

Sea como sea, la película se puede ver y tiene magníficos momentos. Otros me parecen más discutibles: ese cruce de planos entre el lenguaje real y el imaginario, extraído del famoso “Cinemagic” de Disneylandia en París, a mí me terminó cansando. No así la superposición de planos reales: el de la muerte y el de la representación teatral. Esto último me parece un excelente acierto del director y del guionista.

Lo mejor, los actores. Carme Elías hace el papel de su vida: qué actriz tan inteligente, eficaz y rigurosa. Y también Manuela Vellés y Jordi Dauder. A mí me gustó de manera especial el trabajo de Mariano Venancio cuyos méritos han quedado diluídos en la parafernalia de los premios Goya. Y, cómo no, Nerea Camacho, que, si no se echa a perder por el camino, terminará siendo una magnífica profesional.
Paco Ortega
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