Lo que importa es la verdad, eso es lo que afirma una de las protagonistas principales en las postrimerías de la serie. Pero esa verdad, en esta curiosa y atípica historia de rivalidades adolescentes con secuestro incluido, se oculta a cal y canto hasta el mismísimo final, sin que el guión deje mucho espacio al espectador para que intente acercarse a ella, limitándose a esperar que los distintos capítulos, sin mucha rigurosidad (ver spoilers), lo acerquen o le alejen a lo que ocurrió en realidad, lo que le resta mérito a sus virtudes.

La historia es singular y curiosa. Las actrices (es una serie de mujeres más que nada) rayan a gran altura en este oscuro y complejo thriller, bien estructurado a pesar de las continuas (se excede) idas y venidas temporales. Y aunque a veces resulta premioso, los capítulos se mantienen en el aire la mayoría del tiempo, resultando interesantes aunque les falta, precisamente, la vitalidad propia de la adolescencia.

Se centra demasiado en los personajes sin conseguir profundizar lo suficiente en su verdadera naturaleza, descuidando la trama y limitándose más bien a reflejar con brocha gorda sus emociones, sin conseguir estar a la altura de su ambicioso objetivo. Al mismo tiempo descuida los buenos códigos del thriller, los que conducen a que el espectador se involucre de una manera más proactiva en la historia.

Otra de sus peculiaridades es que navega a contracorriente, ya que no es la típica historia feminista que glosa el movimiento "Me Too" despellejando a los deleznables depredadores sexuales de rigor, toda vez que los personajes femeninos son mas oscuros que los masculinos, fundamentalmente en su sinuosa relación con la verdad.

En definitiva, una serie interesante, con empaque, pero que descuida la trama de una manera grosera.