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España España · Badalona
Voto de Fallen:
10
Ciencia ficción. Acción Noviembre de 2019. A principios del siglo XXI, la poderosa Tyrell Corporation creó, gracias a los avances de la ingeniería genética, un robot llamado Nexus 6, un ser virtualmente idéntico al hombre pero superior a él en fuerza y agilidad, al que se dio el nombre de Replicante. Estos robots trabajaban como esclavos en las colonias exteriores de la Tierra. Después de la sangrienta rebelión de un equipo de Nexus-6, los Replicantes fueron ... [+]
7 de octubre de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi puntuación de 10 es para el montaje internacional de 1982. El de siempre, vaya, y, para mí, el único.

Ridley Scott es un claro ejemplo de que muchas veces la figura de Director está sobrevalorada y se le da más mérito del que tiene sobre el éxito (o fracaso) de un film. Cuando uno lee e investiga sobre Blade Runner descubre con asombro como esa Obra Maestra es fruto del caos y de la aportación de todo su equipo, pese a su director que, como George Lucas con Star Wars, no ha hecho más que destrozarla. Me explico:

- La esencia de Blade Runner era que un humano que retira lo que para él son máquinas acaba enamorándose de una y viéndolas como seres vivos conscientes. Ése es el quid de la cuestión, qué nos define como personas, qué nos hace pasar de objetos a sujetos, qué separa una inteligencia artificial de una conciencia viva. Por eso, tanto en la novela como en el montaje que se estrenó en el '82 Deckard es un humano que se enamora de una replicante. Pero Scott durante el rodaje se empezó a enamorar de la idea de que Deckard también era un replicante y creo que es más por un giro de guion que le hacía gracia que no por algo te tuviera lógica. Por eso tanto el guionista como Harrison Ford siempre han defendido la humanidad de Deckard porque es lo que da sentido a la trama (y así lo veo yo).

- Los replicantes son seres virtualmente idénticos al hombre. Conviene aclarar, porque veo a mucha gente confusa (incluidos los autores de Blade Runner 2049), que los replicantes son humanos artificiales. No son androides ni ciborgs ni robots. Por eso para distinguirlos les hacen el test voight-kampff (donde analizan la dilatación de la pupila) y no un escáner. Por eso, cuando empieza la película en el montaje del '82, oímos a Deckard definirse como ex Blade Runner, ex asesino. Él no deja de sentirse mal porque está matando a personas, por muy artificiales que sean, y por eso se retiró de la Unidad Blade Runner. Además, que siempre se discute sobre si él es o no un replicante, pero nadie habla de si lo son el resto de Blade Runners que aparacecen en el film como Gaff o Holden. En la novela, él también duda de su identidad y se hace el test voght-Kampff donde resulta ser... humano.
En la original los replicantes vuelven a la Tierra, pese al riesgo de ser retirados, porque quieren reunirse con su creador (Tyrell) para que los modifique para vivir más. Es su amor (como el nuestro) por la vida lo que les impulsa a correr el riesgo de morir con tal de vivir más tiempo. Por eso empatizamos con ellos. Por esos sentimos tanto la muerte de Roy (como la del resto).

Volviendo a lo que decía al principio, al investigar sobre Blade Runner descubres que la caracterización de Roy Batty y su mítico discurso cuando muere no son fruto del guion ni de Scott, sino del actor, Rutger Hauer. Otra aportación del actor fue el duelo entre Deckard y Roy. Scott quería una pelea de artes marciales y Hauer le sugirió hacerla tipo cacería-persecución de un león a su presa. Otro acierto, sin duda.
También me gusta revindicar la tan denostada voz en off que, para mí, es un 20% del valor de la película, y el tan criticado (por su director) final feliz. Blade Runner es de las pocas excepciones que es mejor el montaje de los productores que el director, al menos para el que suscribe. Pero Scott, como Lucas, ha destrozado su Obra Maestra creyendo equivocadamente que es suya, cuando en realidad ya no les pertenece porque han acabado siendo mucho más grandes y mucho más importantes que sus autores, o mejor dicho, su máximos responsables. Es como si Leonardo da Vinci años después de presentar La Gioconda decidiera retocarla y pintarle un tatuaje.

Scott ya ha mancillado la saga Alien con ese sinsentido que fue Prometheus, al que ha seguido Alien covenant. Ahora le ha tocado el turno a Blade Runner. El montaje final es el que ha quedado como canon y la secuela parte de éste. Qué pena que las Obras Maestras del cine no puedan ser protegidas como La Gioconda...
Fallen
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