La película es mala con avaricia. En la vida real el padre tampoco parece haber pasado mucho tiempo con su hijo, al niño no se le ha pegado nada bueno del viejo Will.
Dicho esto, la historia es previsible y presenta demasiadas incoherencias, los efectos visuales (en teoría uno de los puntos fuertes) no son para tirar cohetes, la interpretación de los personajes es... un momento no hay interpretación y el guión es bastante flojo. En fin, cuando una película tiene tantos puntos débiles es difícil encontrar uno fuerte, pero en este caso hay uno, solo dura 100 minutos.