Méliès me sigue sorprendiendo cada vez mas con sus cortos llenos de un contenido específico. El tiene una idea y busca plasmarla, como objetivo principal entretener.
Estos cortos del origen del cine parecen simples pero contienen mucho en un minuto, tiene un guión el cual se basa en dos cocineros que rompen una vajilla en la cocina. Cuando de repente aparece el dueño.
Y luego todo es una locura una mezcla de comedia, toques de terror que imagino impresionaron a muchos en su época, y como no podía faltar el toque de magia para finalizar. Méliès mostrando fascinación por lo fantástico y el surrealismo,
Que para muchos puede contener toques de violencia. Esto era pura magia para los ojos.
Para verlo una y otra vez.