Uno de los muchos westerns filmados por un autor que destacó sobre todo dentro del género policíaco realizando "A sangre fría" y que decayó notablemente a partir de mediados de los años 70 con films de abierta vulgaridad. Juan Bosch parte de un argumento híbrido al combinar la seriedad con el humor en este western al que le falta algo para ser lo que se dice una buena película pero que funciona más o menos bien dentro de lo que cabe puesto que los movimientos de cámara son hábiles y están ajustados a la acción que se quiere expresar. Los seguidores del "spaghetti-western" le encontrarán valores estéticos notables fundamentados en un aprovechamiento magnífico de los sugestivos paisajes que combinados con los colores vivos derivados de un tratamiento gráfico muy elaborado hacen que el film resulte interesante desde las primeras escenas a pesar de lo convencional que resulta la trama aunque admitiendo tonos diversos se atenua ese pequeño defecto. Richard Harrison participó en bastantes películas con participación española en la coproducción dentro de los géneros más comerciales y se muestra dinámico y bien dispuesto a imprimir interés a su personaje y Fernando Sancho reunió una de las filmografías más extensas de España. En la cinta aplica la experiencia acumulada para acertar en la composición de su típico personaje. Son alicientes más que suficientes para los "fans" de este género.