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Voto de Vagabundoespiritual:
8
Intriga. Thriller Después de ser secuestrado, Paul Conroy (Ryan Reynolds), contratista civil en Irak, se despierta enterrado vivo en un viejo ataúd de madera, sin más recursos que un teléfono móvil y un mechero. El teléfono podría ser el único medio que lo salvara de esa mortal pesadilla, pero la precariedad de la cobertura y la escasa batería parecen obstáculos insuperables en su lucha contra el tiempo: sólo dispone de 90 minutos para ser rescatado ... [+]
2 de octubre de 2010
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rodrigo Cortés con su segundo largometraje ha hecho posible lo que muchos profesionales del mundo del cine dijeron durante algunos años que no lo era, adaptar a la pantalla (o dotar de imágenes, como se quiera) el guión escrito por Chris Sparling. Y lo ha conseguido de forma portentosa.

La propuesta no podía ser más sencilla y radical: un tipo enterrado vivo que dispone de pocas horas para que alguien consiga salvarlo de una muerte atroz, y para ello dispone únicamente de un móvil. Aquí no hay grandes escenarios, vestuarios majestuosos, intrigas palaciegas o infinidad de actores de supuesto prestigio. Aquí lo único que hay es un tipo dentro de un ataúd y 90 minutos por delante para no dar tregua a los espectadores y zarandearlos en sus asientos con situaciones angustiosas.

Simple y radical: ¿se puede ser capaz de entretener, tensionar y angustiar a la audiencia, sólo con un actor y un ataúd?. Y la respuesta es que este gallego (R. Cortés) lo ha conseguido. Y esto lo catapulta en estos momentos a la primera línea de fuego del panorama cinematográfico mundial.

A partir de un guión (que más de uno pensaría que no da más que para un corto de unos 15 min) que plantea mucho más de lo que apenas vemos o escuchamos (pues esta es una película donde se pone de manifiesto más que en ninguna otra, que uno de los males endémicos del ser humano es su aparente incapacidad para escuchar, que no oír, y por tanto de comunicarse). Cortés, demuestra conocer bien el lenguaje cinematográfico, y muestra un trabajo prodigioso de planificación, fotografía y montaje que debería ser analizado en detalle. Pero a pesar de todo lo dicho, lo que a mi juicio es sin duda el verdadero santo y seña de esta obra es: Ryan Reynolds. El actor está sencillamente formidable, no se puede transmitir más angustia, desesperación e instinto de supervivencia con menos (o tal vez, en menos, pues todo lo debe expresar en apenas 1,5 m3 y con falta de luz), es decir, sólo con la palabra.

Dos cosas me vienen a la cabeza después de ver esta película. La primera es que después de más de 100 años de industria cinematográfica aún hay Quijotes (R. Cortes, Chris Sparling o Ryan Reynolds) que no tienen ningún pudor en enfrentarse con molinos de viento. La segunda es que viendo lo que se necesita para contar una historia y atrapar al espectador, se me caería la cara de vergüenza si me llamara James Cameron y no tuviera cabida en este mundo sin chorradas como el 3-D.

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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vagabundoespiritual
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