Debo decir que las tres primeras temporadas me gustaron, como serie para adolescentes y con mensaje motivador, había logrado enganchar a quienes en nuestra infancia vimos con enorme placer las películas en las que se inspira.

Pero hay un dicho que dice que lo importante no es como las cosas empiezan, sino como acaban. Y en esta 4a temporada el desastre es tan monumental, el bodrio es tan descomunal, que echa a perder todo el esfuerzo previo. Ya que ha pasado de ser una serie que yo recomendaría, a una que no, jamás, simplemente porque ya sé que al final la serie caerá en la más completa estupidez, y entonces ya no merece la pena empezarla.

Porque, ciertamente, y esto sin ninguna duda tiene que deberse a un cambio radical de los guionistas, los personajes han pasado de ser coherentes, simpáticos, y hasta interesantes, a parecer, todos ellos, sin excepción, planos, lerdos, vacíos e incoherentes. Y con unas frases que continuamente los hacen caer en el ridículo.

Y como suele suceder cuando hay un bajón tan bestial en el guión, los actores se dan cuenta de que están diciendo memeces, y eso también los descentra y lleva a que sus actuaciones se resientan bastante.

Una lástima, porque la serie, sin ser ninguna obra maestra , molaba bastante, y ahora ha quedado convertida en un producto ridículo.