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España España · Badajoz
Voto de Weis:
6
Thriller. Terror Después de que su exnovia le deje, John conoce a sus dos hermosas vecinas, Anne y Kim. Es la primera vez que se ven y, sin embargo, las dos chicas parecen conocer todo sobre su vida. El comportamiento provocador de las dos hermanas resulta incómodo para John pero Anne lo convence de que se quede con su hermana, trastornada por un supuesto ultraje, mientras ella debe salir. En un extraño juego de seducción, Kim lo guía por su laberíntico ... [+]
18 de marzo de 2013
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El norte de Europa, y más concretamente Noruega, se ha visto reforzado a partir de la pasada década por una oleada de películas que han revitalizado y mantenido la estela de los códigos de género en films de culto de los 70’s y 80’s que provenían principalmente de Estados Unidos.

El terror psicológico o el slasher han sido, desde siempre, fuentes inagotables de historias que, manteniendo un esquema estructural base, se han servido de un sinfín de elementos técnicos y narrativos para hacer tan distintivos estos géneros. La traslación del punto de vista del relato en los ojos del psicópata, las atmósferas tenebristas y sobrecogedoras, el empleo de un maquillaje expresionista y la tensión creciente y epiléptica son algunas de las constantes que tratan de revitalizarse década tras década sin perder de vista la fuente original.

La renovación nórdica de este terror psicológico se da lugar en esta cinta que no pasó inadvertida allá por 2005 ni dejó indiferente a nadie: ‘Next door’. Dirigida por Pal Sletaune, que 8 años antes había dirigido un hilarante thriller cómico llamado ‘El cartero entra sin llamar’, ‘Next door’ es el paradigma de película de terror moderno europeo: comienzo muy contemplativo y de ritmo subyugante, fuerte segunda parte donde las variables entran en escena de forma rápida y sorpresiva y desenlace que provoca contradicción por la arbitrariedad conclusiva y los cabos sueltos que deja atrás. Se me viene a la mente, por ejemplo, ‘Alta tensión’ de Alexandre Ajá.

Lo destacado de esta película es que el narrador se nos sitúa en una focalización primaria, con lo cual el espectador conoce exactamente lo mismo que el personaje principal y solo descubrimos aquello que el susodicho va descubriendo dentro de su mente. También es de agradecer la perfecta comunión de lo visual al servicio de la historia que se nos cuenta.

Muchas pelis de terror utilizan florituras visuales de montaje carentes de significado. Pero en este caso el aspecto y la atmósfera son cruciales para el punto de vista de la película y, en última instancia, de su significado. La locura es representada por acumulación y efecto de choque entre las inseguridades, las fobias, las represiones primarias como el depravado deseo sexual y la contradictoria psicopatología de la doble personalidad.
Relato enigmático, claustrofóbico y circular cuya escenografía abre dos vías interconectadas en clave de apariencias e intimidades. Sletaune juega al cubo de Rubik con sus componentes inverosímiles y su perspectiva de crisis personal se convierte en una visceral declaración somática de proyección física de los dolores del alma y el tormento de la culpa.

La malintencionada sordidez y su valentía expositiva se contextualiza coherentemente con una puesta en escena hipertrofiada e insinuante, una fotografía fría y una narrativa hiperactiva, crispada y, a su vez, contemplativa y relamida, haciendo de sus contrastes el pretendido enrarecimiento atmosférico que cruza los dos tercios finales de la película. Planteamiento que funciona no tanto como alegoría referencial sino como metáfora enferma de un psicologismo frenético que circula bajo la recepción de unas imágenes inquietantes y soterradas.

Un título, en definitiva, con cierto interés a la reivindicación, a pesar de su tendencia a la sobreexposición argumental final y el efecto de giro tan lamentablemente necesario en los circuitos independientes europeos que provocará, entre los no conversos, el despropósito y el rutinario aroma del atajo trillado y manido.

A pesar de ello, destaco la película por su implicación en la conmoción del pesimismo exhibido, que simplifica un interesante catálogo de variedades introspectivas si se es capaz de pasar por alto sus recursos más gratuitos y aceptar el pacto de inmolación expresiva.
Se disfruta mucho más con total o parcial virginidad informativa. Aunque quizás esta advertencia quede, en este punto del viaje, un tanto tardía.

Crítica para www.cinemaldito.com
@WeisGuerrero @CineMaldito
Weis
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